ALTA GERENCIA

<P>ALTA GERENCIA</P>

Disfunción del mercado dominicano

  Según la doctrina económica, en los “mercados perfectos”, los vendedores y compradores deben tener la libertad de efectuar sus operaciones sin la intervención del Estado, pues la competencia del mercado se encarga de la mejor solución. Sin embargo, en República Dominicana no se cumple esa condición.

  Fruto del libre mercado farmacéutico y la no participación del Estado en este sector, los pobres no tienen acceso a los medicamentos de calidad por el alto costo que le representa.

Por imposición del Fondo Monetario Internacional (FMI),  los hospitales cobran cuotas de recuperación a pacientes. 

 Resultado de ese libre mercado tenemos una tasa de cambio del dólar de RD$41.00, con las influencias subyacentes de alza generalizada de precios de todos los productos de insumos importados, el sector turístico feliz por esta situación, los sectores comerciales revaluando sus inventarios y el Banco Central de la República Dominicana parece importarle un comino la detención de esta alza a todas luces inflacionaria.

  La realidad de nuestro mercado es que monopolios y oligopolios restrictivos de la competencia determinan los precios; que productores, importadores  y mayoristas incursionan en el mercado detallista para lograr mayores beneficios evitando una competencia justa en el campo microeconómico y arruinando a las Mipyme.

Las consecuencias de esta amplia disfunción del mercado dominicano y sus fallos impactan tan desproporcionalmente en la economía de los pobres y de los pequeños comerciantes que al Gobierno no le debe quedar otra alternativa que  proponer regulaciones económicas e intervenciones gubernamentales para corregir estos fallos, los cuales no se subsanan con el funcionamiento del mercado, si no que  requieren políticas públicas agresivas en esta dirección.

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