Los bancos de la República Dominicana forzaron a las microempresas que efectuaban sus operaciones como persona física a formarse como sociedad comercial, negándose a recibir en depósitos los cheques girados a nombre de su razón social.

Como sociedades, las microempresas tienen que pagar la misma tasa de impuestos sobre la renta que las grandes sociedades comerciales; tienen que pagar anticipos; y cargar con el 1% de impuestos a los activos de las mismas; mensualmente tienen que liquidar el ITBIS aun no hayan cobrado la factura; si le cotizan al Estado para ganar una compra debe competir con las grandes empresas; del pago de la factura por venta al Estado, le deducen el 5% del valor nominal de la misma. Muchas microempresas no pueden inscribir todo su personal en la seguridad social por su incapacidad económica para cumplir con el aporte que por ley le corresponde.

     El acceso al crédito les está vedado pues si el préstamo que solicita pasa del millón de pesos debe ofrecer garantía hipotecaria, bienes que la mayoría no dispone y si es menos del millón de pesos debe, además del inventario que posee, presentar un fiador solidario dificultándole más la vida.

    Presidente Medina, la microempresa está desamparada, en términos legales no hay nada que la ampare ni la proteja.  Se necesita un plan estratégico que promueva la responsabilidad social empresarial de este sector, se requiere una institución crediticia oficial con aportes del Estado y con capacidad para captar dinero en bonos para préstamos  para que los microempresarios tengan un organismo financiero  que realmente fomente su desarrollo y no las discrimine.