Diversas son las limitaciones de las mipyme dominicanas: poca capacidad de modernización, de tecnificación, de inversión, de incentivos para su desarrollo y la existencia de un control de diversas áreas del mercado por los mayoristas. Este último aspecto es tan grave que si algunas entidades del estado no intervienen, cientos de micro, pequeñas y medianas empresas desaparecerán.

No es posible que cuatro o cinco grandes empresas controlen el mercado y los precios a que se venden  no estén condicionados ni por la sensibilidad social de los empresarios importadores y fabricantes de los mismos, ni por las ofertas y demandas, sino por los pingües beneficios que esperan con sus políticas insensibles de precios, a todas luces inflacionarias.

Más aun, la gran mayoría de los importadores y fabricantes, le venden sus productos a pequeñas empresas intermediarias y a la vez compiten con estas llevando sus productos directamente al consumidor, generando sin cuestionamiento una competencia desleal.

Para una mipyme participar en el proceso de importación y lograr precios iguales a los grandes importadores tiene que colocar pedidos por encima de los RD$5 millones, resultándole muy difícil penetrar en esos mercados. Seria muy saludable y oportuno para la sobrevivencia de las mipymes que el director del Idecoop, inicie con urgencia contactos con estas empresas con el propósito de organizarles cooperativas por renglones para que puedan reunir capital con el cual participar a nivel internacional en el proceso de importación y a través de las mismas adquirir los productos importados y llevar los mismos a los consumidores, lo que le facilitaría la competitividad y competencia con los mayoristas.