La defensa del consumidor es una tarea cuesta arriba. Dejar sola a la señora Altagracia Paulino sería desgraciado para los débiles, contra los que a diario se mueven intereses poderosos y hasta los del simple comercio minoritario o el informal. No solo se da en perjuicio del ciudadano la actuación poco restringida de entes del mercado financiero que abruman de cobros por servicios e intereses a los usuarios. También se da la mala calidad de artículos diversos, de ferretería y para el hogar. Una avalancha de artefactos chinos o procedente de industrias deficientes de Europa y otras partes de Asia se daña antes de lo que se dice berenjena. La falta de control y certificación de autoridades locales responsables les permite circular en abundancia. Por primera vez el Estado exhibe preocupación y diligencia en favor de los consumidores pero Altagracita no debe ser una especie de Llanera solitaria en este menester.
Véase el expendio criminal de un tal Tres pasitos de severa toxicidad, hecho para la erradicación total de plagas en la agricultura basada en extensas y difíciles plantaciones, pero que está disponible alegremente para uso en los hogares dominicanos. Salud Pública, Digenor, Medio Ambiente, Industria y Comercio y hasta la Policía que se hace llamar científica, han sido vergonzosas expresiones de incompetencia ante la mortífera presencia del tal Tres pasitos que ya hasta se da el lujo de servir como herramienta del sicariato.
Un crecimiento con rémoras
Los índices de la macroeconomía dicen mucho y no dicen nada. A la opinión pública se la entretiene con estadísticas sobre abundancia de bienes y estabilidad cambiaria, reservas suficientes, solvencia bancaria y un PBI que supuestamente permite endeudarse más. La otra cara de la moneda lo que expresa es que la expansión económica no atiende ingentes necesidades sociales.
Por eso vemos a multitudes de jóvenes con destinos inciertos porque no recibieron buena educación en las aulas ni fueron preparados para simples oficios. Por eso tenemos un magisterio en crisis, más huelgario que docente, y más preocupado por la toxicidad del desayuno que por el buen manejo del material didáctico. Por eso tenemos una criminalidad repleta de adolescentes; por eso en muchos barrios cunden el desempleo y la violencia. Podemos asegurar que los factores de crisis sociales le llevan la delantera al crecimiento.