Alteran vacaciones de Bush con protestas

Alteran vacaciones de Bush con protestas

CRAWFORD, EEUU (AFP).- Las vacaciones del presidente estadounidense George W. Bush, iniciadas a principios de agosto en su rancho en Crawford, Texas (sur) por cinco semanas, se ven alteradas por manifestantes opositores a la guerra en Irak que acampan frente a la propiedad.

Bush debe pasar al salir del rancho, perdido en medio de la pradera y bajo altas temperaturas estivales, frente a hileras de cruces blancas que portan los nombres de más de 500 soldados de unos 1.840 estadounidenses muertos en Irak desde el inicio de la guerra en marzo de 2003.

Sobre una de ellas, esté el nombre de Casey Sheehah, muerto en abril del año pasado en Bagdad. Su madre, Cindy, ha instalado su carpa a un kilómetro de la entrada al rancho desde la semana pasada y reclama ser recibida por Bush para manifestarle su oposición a la guerra.

«No comprendo por qué no puede tomarse diez minutos para recibir a alguien a quien él arruinó la vida», declaró Cindy Sheehan. La madre del soldado fallecido ya anunció que tiene la intención de instalar en septiembre su carpa ante la Casa Blanca, en Washington, si Bush no la recibe en Crawford.

El viernes, Bush no se detuvo con su imponente cortejo presidencial al pasar delante de unos 60 manifestantes llegados para dar su apoyo a la protesta. El presidente se trasladó desde su rancho «Prairie Chapel» a otra residencia próxima, donde su Partido Republicano organizaba una reunión para recaudar fondos electorales.

«Si uno tiene tiempo para esas reuniones, entonces tiene tiempo para recibir a los miembros de Goldstar», afirmó Cindy Sheehan, en referencia a la asociación «Goldstar Mothers for Peace» que ella integra y que reúne a madres de soldados que se oponen a la guerra.

Entre quienes se acercaron a la manifestación, Jean Prewitt admite haber apoyado la guerra al principio. Su hijo Kelley Prewitt fue muerto en las primeras semanas de guerra en abril de 2003.

«Yo apoyaba la guerra y continué apoyándola hasta diciembre de 2003 pese a que mi hijo murió. Después, descubrimos que la causa para declarar esa guerra no era más que una mentira», dijo a la AFP.

El gobierno de Bush afirmaba que el régimen del ex dictador iraquí Saddam Hussein poseía armas de destrucción masiva y justificó por ello un ataque y la invasión de Irak, pero ese argumento se diluyó muy pronto y las armas nunca aparecieron tras la ocupación del país.

Si el presidente estadounidense continúa pasando frente a los manifestantes oculto detrás de los vidrios oscuros de los autos oficiales, no logrará contar con la «simpatía» de Cindy Sheehan, entrevistada en los últimos días por todos los noticieros estadounidenses.

«Yo simpatizo con la señora Sheehan. Ella cree firmemente en sus ideas y tiene todo el derecho de decir lo que piensa. Esto es Estados Unidos y ella tiene derecho de tener sus opiniones», respondió Bush el jueves al ser consultado en una conferencia de prensa en su rancho.

Según un sondeo reciente, más de un 60% de los estadounidenses desaprueba la manera en que el gobierno de Bush está llevando la situación en Irak y su popularidad, con 45% de opiniones favorables, está en el nivel más bajo.

Pero ello no impide a ciertos miembros del gobierno a evocar un posible aumento del número de soldados estadounidense sen Irak.

Bush, por su parte, se muestra evasivo. En la citada conferencia de prensa dijo que «sé que hay muchas especulaciones y rumores sobre el tema».

Afirmó que «no se ha tomado aún ninguna decisión acerca de reducir o aumentar las tropas», pero reconoció que «el secretario de Defensa analiza esa posibilidad» de incrementar el número de soldados estadounidneses.

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