Altos precios arriesgan producción y recuperación

Altos precios arriesgan producción y recuperación

POR CLAUDIO CABRERA
Por causa de la prolongada duración del actual período de alzas «picos» en los precios del petróleo y ante las escasas posibilidades de reversión en el corto y mediano plazos de esta tendencia, los niveles ya alcanzados para el barril de hidrocarburos plantean un serio riesgo a la recuperación y la estabilidad de la economía dominicana.

No obstante las alzas imprevistas bajo la actual coyuntura de la economía afectar a tan importante insumo, los precios nominales de este importante combustible no son aún tan gravosos como aparentan ser en los hechos, aunque amenazan con erosionar principalmente a los sectores productivos y a los consumidores, por su alta incidencia en los precios.

Tal como revela un estudio sobre el «Crecimiento de los Precios del Petróleo y sus Repercusiones en la Economía Dominicana», elaborado por la Unidad de Análisis Económico del Secretariado Técnico de la Presidencia, «aunque en términos reales el petróleo no está tan caro como aparenta, sí constituye un factor de riesgo para la estabilidad, recuperación y sostenibilidad del crecimiento de la economía».

Explica que si bien los precios del petróleo alcanzaron niveles sin precedentes en el mercado mundial con un promedio de tres mezclas utilizadas como referencia del estudio y que alcanzó un precio de US$50.7 por barril de petróleo en los meses de marzo y abril de este año, en términos reales ese precio está muy por debajo de los niveles alcanzados en coyunturas precedentes de precios «picos», «pues representa poco más de la mitad (57%) del nivel que alcanzó hace 25 años (1980)».

En este aspecto se consideran los factores inflacionarios que en los Estados Unidos y a nivel mundial han determinado el encarecimiento de los costos y la comercialización de los hidrocarburos.

Sobre el particular, se destaca que en estos momentos prevalece una fuerte tendencia de crecimiento en los precios mundiales del petróleo, la cual se mantendrá en el mediano plazo.

Resalta que «los condicionantes estructurales identificados son: crecimiento sostenido de la demanda mundial, oferta restringida en relación a la demanda, restricciones en la capacidad de refinación, imperfección del mercado petrolero mundial y la devaluación del dólar respecto a otras monedas, principalmente frente al euro».

El documento que fue elaborado como material de apoyo para discusiones sobre el tema en el Secretariado Técnico, expone que dada la larga duración del actual período de precios «las nada halagüeñas perspectivas de reversión de la tendencia en el corto y mediano plazos y la posición vulnerable en que se encuentra la economía, los niveles de precio ya alcanzados constituyen un riesgo serio para la economía dominicana, su estabilidad y recuperación del crecimiento».

En el documento elaborado por el economista Juan T. Monegro, en colaboración con el «staff» de la Unidad de Análisis Económicos del Secretariado Técnico, se plantea que tales perspectivas deben constituir «una preocupación seria» para los diseñadores de política y responsables de la gerencia económica del país.

Se sostiene que los combustibles importados tienen un gran impacto sectorial, en vista de que un balance energético revela que un 80% de la economía dominicana depende del petróleo y derivados, «lo que representa un factor de vulnerabilidad para el país ante la coyuntura de precios altos».

Expone que el panorama afecta al sistema productivo nacional, especialmente a las actividades con mayor peso en la demanda petrolera, como son la generación de electricidad que depende en un 32% de esos insumos requeridos para alimentar las más de 50 plantas generadoras que operan en el país.

Igualmente, afecta al transporte que depende en un 32% del petróleo y derivados traídos al país, el cual está constituido por un parque vehicular que actualmente (2005) supera los 2.3 millones de unidades. De este monto, una tercera parte aproximadamente son automóviles de transporte privado, de cargas y de pasajeros.

También afecta a un sector estratégico nacional demandante del insumo y derivados, como lo es el sector industrial que representa un consumo del 10% de la estructura de importaciones, así como las importaciones de Gas Licuado de Petróleo (GLP), en un 15%.

Impacto en los precios

Medidos a precios corrientes, el impacto del actual «boom» en los precios del petróleo se sitúa en alrededor de los RD$24,592 millones del Producto Bruto Interno, igual a US$589.0 millones, similar al 3.2% del PBI.

Esto implica que el país debe recurrir cada vez más a la generación de divisas para cubrir dichas importaciones, que en el año 2004 casi se duplicaron al cifrar el 4.9% en relación al total de los años 90 que sólo fueron de un 9.0% sobre las importaciones totales de esa década.

«Ese mayor peso de las importaciones petroleras en el PBI se explica en gran medida por el efecto-precio, dado el comportamiento recesivo y lento de la economía en los últimos dos años, lo que se ha reflejado en un menor volumen importado de petróleo y derivados».

En el 2003 se importaron 46.9 millones de barriles de petróleo y en el 2004 42.2 millones de barriles.

El crecimiento de los precios del petróleo repercute de manera directa en todo el sistema económico y social, en vista de que aumenta el precio de la gasolina empleada preponderantemente en el transporte, al igual que en los consumos finales no energéticos.

Lo mismo ocurre con el precio del GLP, el cual es utilizado en forma simultánea para transporte, consumo residencial, servicios e industria.

También en los precios del gas oil que se emplea en la generación de electricidad, para servicios públicos, en la autogeneración y para usos calóricos en la industria de servicios y transporte.

En adición, los precios de los hidrocarburos influyen sobre el precio final del fuel oil, empleado en la generación eléctrica, principalmente en el servicio público, lo mismo que en usos calóricos para la industria local.

El estudio revela que en el caso del transporte, una gran parte de la demanda de derivados de petróleo local es originada por el sector transporte, que los utiliza para mover aproximadamente 226 millones de unidades vehiculares, incluyendo motocicletas.

En este caso, la sensibilidad del sector obliga a un traspaso inmediato del crecimiento de los precios directamente al consumidor final.

«Cabe resaltar -sostiene el informe del economista Monegro-, que el precio de los combustibles en República Dominicana es de los más altos de la región: tomando como referencia el precio de la gasolina, que en el 2002 ocupó la posición 19, en orden descendente entre los 26 países miembros de la OLADE».

Resalta que para entonces, el país constituía una de las ocho economías con combustibles más caros de la región.

Esta situación es parangonada con el gasoil y demás productos usados en el sistema de transporte, pues como efecto el crecimiento de los precios del petróleo y de la actualización de la carga tributaria, hasta el mes de abril de este año 2005 el precio final de la gasolina premium fue de US$3.7 por galón. Dichos efectos agregados recientemente, «elevan más aún la posición del país según el criterio analizado». En el caso del sector electricidad, se ha determinado que prevalece una vulnerabilidad de la economía dominicana, es la alta dependencia que el sistema eléctrico tiene del consumo de combustibles fósiles derivados del petróleo.

«Por tal motivo, los precios del petróleo impactan de manera directa, vía costos, a la tarifa eléctrica. De los cuatro indexadores que contempla el régimen tarifario vigente, uno de los más relevantes es el precio de los combustibles», sostiene.

Este régimen, según se explica, aplicado en el país desde septiembre del 2002, limita la generalización del subsidio y reduce la carga fiscal de manera significativa.

No obstante, entre el 2003-2004, el «boom» de los precios del petróleo y derivados y la devaluación de la moneda impactaron de manera muy significativa la tarifa eléctrica y, en el mismo sentido, el subsidio otorgado por el gobierno a consumidores pobres.

En lo concerniente al consumo doméstico de combustibles, en el país dicho consumo (GLP) es subsidiado por las autoridades. Hasta abril de este año, el consumo doméstico de GLP que incluye al 85% de los carros de concho y servicio de taxi, paga unos RD$25 por galón del precio pagado por los consumidores industriales y comerciales que es de RD$49.96 por galón.

El precio del GLP que pagan los consumidores domésticos está considerado como uno de los más baratos de América Latina y el Caribe. El costo fiscal de este subsidio para el año 2004 fue de RD$5,608.2 millones, comparativamente un 10.9% del gasto social y un 4.4% del total de los ingresos fiscales del gobierno.

Comenzando el año 2005 está previsto que dicho gasto disminuirá de modo significativo, como resultado de la eliminación del subsidio generalizado, lo cual se empezó con la eliminación del subsidio al consumo industrial y comercial desde junio del año 2004.

En el caso del que se aplica a las amas de casa para el GLP y para los choferes de carros del concho público, fue pospuesto hace varios días por el Ejecutivo.

«Sin embargo -explica el documento-, en el trimestre enero-marzo el 2005, el costo del subsidio al GLP ascendió a RD$1,589.9 millones, y el monto presupuestado para ese gasto es de RD$2,775 millones: 44% de lo gastado en el 2004».

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