Altos salarios, bajas prestaciones

Altos salarios, bajas prestaciones

Por la naturaleza de sus obligaciones en el aparato judicial, los representantes del Ministerio Público se enfrentan con frecuencia a riesgos para su integridad física. Las agresiones contra fiscales son gajes del oficio. Muchos han resultado heridos o muertos en el cumplimiento de sus deberes. Su trabajo como jefes de la investigación es determinante para hacer cumplir las leyes, para la condena o absolución de gente inculpada de crímenes y delitos. Los fiscales no andan en un lecho de rosas.

Sin embargo, la relevancia de su papel en la administración de justicia no es compensada de una manera equitativa. Sus sueldos  son bajos para el trabajo que realizan, su protección física es a veces frágil o inexistente, y sus prestaciones sociales dejan mucho que desear. Los fiscales se quejan frecuentemente de que solo cuentan con un seguro médico básico que les obliga a pagar diferencias cuando acuden al médico. Y también argumentan que faltan programas de capacitación que les beneficien.

La administración de justicia depende mucho del buen o mal desempeño de  los fiscales en el ejercicio de su trabajo. La sociedad en general exige y espera mucho de ellos.  Es necesario mejorar sus condiciones de trabajo y la remuneración que reciben. Mejorar su capacitación va en beneficio de la administración de justicia. Estos servidores públicos merecen  un trato más equitativo.

UN BUEN MODELO  

El país está ante la perspectiva de explotar  yacimientos de oro detectados en la provincia de San Juan. La exploración  ha arrojado resultados muy promisorios. Se cree que en cinco años podría iniciarse la explotación del mineral. A propósito de esto, creemos  que el renegociado contrato con la Barrick Gold podría ser un excelente  modelo.
 
QUE NO SE REPITA
 

El viernes, en la esquina Padre Castellanos y Albert Thomas, dos  militares encañonaron al periodista Julio Benzant, del diario digital “Ciudad Oriental”,  y le destruyeron la cámara conque filmaba el atropello que estos mismos militares cometían contra un supuesto delincuente que habían capturado. También encañonaron y amenazaron a un reportero gráfico de este diario que coincidió en el lugar e hizo tomas del atropello. Este  salvajismo contra la libertad de prensa no debe repetirse bajo ninguna circunstancia.

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