POR MANUEL EDUARDO SOTO
El cantautor salvadoreño Alvaro Torres no tiene el aspecto de un galán conquistador o de un amante feroz en la cama, en contraste con el erótico contenido de sus canciones. Sencillo, sonriente y humilde, más parece un adolescente respetuoso que busca ganarse la voluntad de la gente mediante la amabilidad.

Pero irónicamente fue el artista latinoamericano que marcó época en la música en 1983, cuando se dio a conocer internacionalmente con la balada sexualmente explícita «De punta a punta», la que forma parte de los temas clásicos del cancionero hispanoamericano y que años más tarde grabaría el venezolano José Luis «El Puma» Rodríguez.

En la composición, el protagonista le confiesa francamente a su amada que la quiere ver desnuda y sin tapujos le expresa su deseo de recorrerla «de punta a punta, palmo a palmo, beso a beso», frases que hasta entonces eran tabú en la música popular que transmitían las radioemisoras. Pero Alvaro no se quedó ahí, sino que continuó más adelante con mayor crudeza, narrando que «estoy entrando en tu cuerpo», para decir luego «una vez más te acaricio/ mientras tu piel se estremece/ y se despierta el instinto/ y otra vez quiero poseerte».

Por supuesto que el artista centroamericano causó un escándalo de proporciones con esos versos llenos de referencias sexuales, pero le sirvieron como llave para entrar en el mundo de la música por la puerta grande, ya que hasta el día de hoy está vigente como autor y como intérprete. Su último éxito internacional ha sido «Sé como duele», que luego de grabarlo él lo incluyó Sergio Vargas co un éxito enorme en su repertorio de merengues.

A Alvaro se le criticó en sus comienzos porque cantaba demasiado parecido a Camilo Sesto (basta escuchar «Mujer de nieve» para comprobar esto), pero él siempre rechazó vehemente la observación, pero a medida que fue madurando artísticamente el parecido con su colega español se fue esfumando hasta tener hoy un estilo interpretativo propio.

Desde «De punta a punta» tuvimos una estrecha relación con Alvaro, la que a través de los años se fue renovando en ceremonias de lanzamiento de discos y hasta en el Festival de la Canción de Buga, en Colombia, donde nos correspondió ser jurados al lado de la norteamericana Vikky Carr y el español Miguel Gallardo.

Y siempre se acordaba del apoyo internacional que yo le había dado a «De punta a punta» en los artículos que escribí para la agencia mundial de noticias United Press International (UPI), lo que reiteró en el programa de televisión Estamos Unidos, el que transmitía de Miami el disc-jockey chileno Raúl Matas. Allí me mencionó con nombre y apellido, y declaró que gracias a mis escritos pudo abrirse camino en el mercado internacional.

Años más tarde me tocó la agradable tarea de actualizar la biografía que tenía en sus archivos el sello EMI Latin, donde una vez más pudimos compartir lindos momentos de recuerdos y pude entrevistarlo ampliamente.

Conociendo yo lo impactante que era «De punta a punta», le recomendé en cierta ocasión al entonces representante de «El Puma», el argentino Héctor Maselli, que José Luis incluyera esa balada en el álbum que estaba preparando en ese momento, pero mi sugerencia cayó inicialmente en el vacío.

Tiempo después pude comprobar que a pesar de su respuesta negativa inicial, Maselli decidió al final incluir «De punta a punta» en el CD, llegando a ser uno de los grandes éxitos de su artista.

Otro de los hitos de la carrera de Alvaro –quien compuso para una larga lista de estrellas de los más diversos sellos– fue componer especialmente para la malograda Selena el tema «Buenos amigos», el que incluso cantaron a dúo e hicieron pareja en el vídeo correspondiente.

Nada malo para un joven que emigró de la pobreza en que vivía en El Salvador para iniciarse artísticamente en Guatemala y que más tarde se afincaría en Miami, donde es actualmente uno de los compositores mejor considerados de la música popular.

*El autor es periodista chileno, de larga trayectoria internacional, desde hace poco residente en el país.