Álvaro Uribe inicia nuevo gobierno

Álvaro Uribe inicia nuevo gobierno

BOGOTÁ (EFE).- El presidente de Colombia, Álvaro Uribe, reelegido para otro mandato de cuatro años, comenzó hoy su segunda etapa de Gobierno, que durará hasta el 2010, y prometió trabajar por la paz, pero para ello pidió “hechos” a los grupos rebeldes. Acompañado de numerosas delegaciones extranjeras, Uribe juró ante el Legislativo y comenzó su segundo mandato, al anunciar las prioridades que guiarán sus próximos cuatro años en el poder.

La investidura se llevó a cabo en calma y en medio de estrictas medidas de seguridad, luego de que se descubrieran escondites o vehículos con explosivos y de que se perpetraran ataques que en una semana ocasionaron una treintena de muertos.

El gobernante de 54 años, reelegido en los comicios del 28 de mayo, comenzó el día con una visita en compañía de su familia a un popular santuario de Bogotá, para pedir “toda la energía, todo el amor para servir bien a Colombia” y avanzar “hacia la paz, hacia la justicia social”.

Uribe juró ante el Congreso cumplir con la Constitución y facilitar acuerdos de paz que no fueron posibles en su primer cuatrienio.

“Reitero nuestra voluntad de lograr la paz, para lo cual únicamente pedimos hechos. Hechos también irreversibles que expresen el designio de conseguirla”, dijo Uribe durante su discurso.

Afirmó que a su Gobierno no lo “frena el miedo para negociar la paz”, sino que le preocupa “el riesgo de no llegar a la paz y retroceder en seguridad” y advirtió de que “en medio de la violencia, el diálogo se desgasta”.

“Nunca permitiremos una paz engañosa”, aseguró el presidente, quien llegó por primera vez al poder con la promesa de “mano firme y corazón grande”.

Recordó que hace cuatro años propuso el concepto de “seguridad democrática” y explicó que esa política se diferencia de “doctrinas que en el continente acallaron la crítica, eliminaron el disenso, conculcaron las libertades”.

“Todavía nos falta seguridad, pero el avance y la naturaleza de su práctica confirman su identidad democrática”, admitió.

“La seguridad -agregó- nos ha permitido ganar confianza en la democracia y perder temor a la violencia”.

El gobernante, criticado a menudo por dar prioridad a la seguridad y no tanto al componente social en el Gobierno, es decir, de tener mucha mano firme contra el terrorismo, pero poco corazón grande en lo social, dijo que cree en el “crecimiento con justicia social”.

Anunció que en la lucha contra la pobreza irá más allá de los Objetivos de Desarrollo de Milenio, planteados por las Naciones Unidas.

“Para construir una nación próspera, equitativa, sin exclusiones y sin odio de clases, se requiere confianza, crecimiento, superación de la pobreza y mejor distribución”, declaró Uribe, quien aseguró que la superación de la pobreza y la equidad son fines de su gobierno.

El mandatario invitó “a trabajar con sentido de urgencia para conseguir resultados positivos, con cambio de velocidades, con la disposición de no perder un minuto del tiempo que el pueblo necesita”.

Al comenzar su intervención, Uribe nombró uno a uno a los mandos de las Fuerzas Armadas, en un espaldarazo a la labor de los estamentos de defensa.

“A los soldados y policías de la Patria un saludo lleno de afecto en esta hora de esperanza. Saben que más que su comandante soy uno de ellos, vestido en traje civil”, expresó más adelante.

“Vamos a construir una nación en armonía, con rectitud, próspera y justa”, dijo Uribe, quien invocó la ayuda divina para esta nueva etapa.

La toma de posesión, que comenzó con casi una hora de atraso frente a la hora prevista, también se alargó al final cuando el presidente investido por segunda vez fue reconocido ante las tropas en medio de marchas militares.

A la ceremonia asistieron once presidentes y cuatro vicepresidentes de países americanos, el príncipe de Asturias, Felipe de Borbón, en representación de España, y dignatarios de otras naciones y organismos internacionales.

A sus invitados, Uribe les dijo que Colombia “quiere y necesita de la comunidad internacional como contribución esencial para la paz, el desarrollo y la igualdad” y que “añora, con justa razón, armonía en las relaciones internacionales”.

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