POR MANUEL JIMENEZ
El director general de Aduanas, Miguel Cocco, advirtió ayer que una reforma fiscal que  se base en el aumento de los impuestos indirectos a la población sería “absolutamente insostenible”, por entender que este tipo de gravamen ha alcanzado un tope “indefendible” por sus efectos negativos sobre los bolsillos de los sectores de menores ingresos.

Cocco dijo también que para nadie es un secreto que el 82 por ciento de la presión tributaria está conformada por impuestos indirectos que son los que se cargan a los sectores de menores ingresos, en tanto que los impuestos directos, los que pagan los núcleos de la población de mejor posición económica, apenas representan el 18 por ciento.

“Con una falta de equidad como esta, un Estado lo único que hace es restringir condiciones de pobreza y favorecer a los sectores más poderosos económicamente de la sociedad”, dijo Cocco, quien añadió que con la reforma fiscal en discusión lo que busca el gobierno es que la mayor carga la representen los impuestos directos, no los indirectos.

Aclaró que no se trata de una voracidad fiscal del Estado ni de afectar a los sectores más pudientes del país, “pero lo que no es absolutamente sostenible es el aumento de la presión tributaria a través del aumento de los impuestos indirectos”.

Explicó que estos impuestos tienen mayor peso sobre los sectores pobres, porque penalizan esencialmente el consumo.

 “No hay impuestos gravatorios hacia los beneficios  y eso tiene que ser reconsiderado en estos momentos en que tenemos que aperturar la economía, aperturarnos hacia la competitividad y la competitividad no puede ser la excusa para gravar más a la población”, sentenció el director general de Aduanas.

Sostuvo que la competitividad debe ser el elemento que provoque el crecimiento del mercado y el gravamen de los beneficios y las inversiones.

Cocco, quien habló ante periodistas acreditados a la fuente del Palacio Nacional en el curso de un encuentro organizado por la Dirección de Prensa de la Presidencia, dijo que la entrada en vigencia del tratado de libre comercio con los Estados Unidos y Centroamérica obligará a las aduanas a un desmonte significativo de aranceles.

Manifestó que por el desmonte de la Comisión Cambiaria el país dejaría de recibir unos RD$27,000 millones en el 2006 y entre RD$3,500 a RD$3,800 millones por el desmonte de aranceles,  pero que estos gravámenes deberán ser reemplazados por otros que no representen una nueva carga para la población de escasos recursos.

Cocco dijo que paralelamente al proceso de estructuración de una reforma fiscal que adapte al país a la competitividad que requiere el tratado de libre comercio, las aduanas han iniciado también un proceso de adecuación a esa realidad.

Anunció que en agosto próximo vendrá al país el director de Aduanas de los Estados Unidos, para suscribir un acuerdo de colaboración con las aduanas dominicanas.

Agregó que en ese acuerdo se establecerá “la reciprocidad absoluta de intercambio de información”, lo que entiende que favorecerá “la real liquidación de las importaciones”.

Dijo que con la entrada en vigencia del tratado de libre comercio, el país va a tener definitivamente que acogerse a la valoración GATT, proceso que anticipó como “traumático”, por entender que en la cultura impositiva dominicana priman niveles de fraude.

Cocco añadió que esta cultura no permite que los valores GATT sean aplicados extensivamente, como lo exigen los acuerdos internacionales.

El funcionario anunció  que para el 2 del próximo agosto está también prevista la visita al país del secretario general de la Organización Mundial de Aduanas, un organismo que es similar para las aduanas como la Organización Mundial de Comercio (OMC), pero con quien se trata asuntos de valores y de partidas arancelarias.

Cocco, quien habló en presencia del director de Prensa de la Presidencia, Rafael Núñez y del portavoz gubernamental, Roberto Rodríguez Marchena, aludió también a la agilización de los tramites aduaneros, de tal manera que una mercancía o materia prima con declaración anticipada, es retirada de los muelles en tan solo ocho horas.

Dijo que esto, junto a la transparencia de las operaciones, ha permitido a las aduanas aumentar sustancialmente sus recaudaciones, pese a la apreciación del peso frente al dólar.