Alzas que van a multiplicarse

Alzas que van a multiplicarse

Muchos pobres no pagan luz, muchos integrantes  de la  clase media se las arreglan para pagarla poco y muchos señores  ricos  de este medio viven  libres del pago de los impuestos que más deberían regir que son los que gravan   los patrimonios y la obtención de beneficios que de manera individual o corporativa alcanza  una minoría, lo que contribuye a  la    desigualdad que hace de este país un  híbrido con  extendidos cinturones de miseria al tiempo que existen  florecientes sectores urbanos  similares a los de urbes del capitalismo avanzado. Cifras de la ONU reafirman que además de aquí,  América Latina toda es la región más desigual del mundo. Carecemos de  recursos para salud y educación;  con frecuencia somos ineficientes al producir pero nos destacamos en la importación de automóviles lujosos y otros usufructos de opulencia. La carencia que hay que destacar hoy es  la de voluntad para romper la inequidad. Lo cómodo para el poder   es buscar más  ingresos acentuando la carestía de combustibles aunque son renglones de primera necesidad y  ya resultaban demasiado caros para más del 70% de los consumidores. Sus alzas, además, causan otras alzas en la economía. Aunque lo llame como le parezca, el Estado se decidió  nueva vez por someter   a los ciudadanos  a niveles de precios más elevados en los  carburantes sin  tomar en cuenta el  real poder de compra de la gran mayoría,  lo que resulta abusivo contra  quienes menos tienen.

Por la causa de  Shannon Tavárez

A sus  once años de edad,  la dominicana Shannon Tavárez necesita  en Nueva York un trasplante de médula para superar la leucemia que ha interrumpido su naciente carrera de actriz de una obra de  Broadway. Yace en cama en el Cohen Children’s Medical Center. Un drama que conmueve a la diáspora y a muchos en el país. Las posibilidades de encontrar un donante son bajas por la falta de disposición a dar ese paso en  las comunidades  latina y africana que corresponden a sus etnias.

La  vida de Shannon va a depender mucho de que  se logre la compatibilidad celular que procuran  los médicos. Los dominicanos deberíamos facilitar con generoso empeño ese hallazgo. Hay que correr la voz. Hay que motivar a nuestros conciudadanos de la urbe neoyorquina  a ofrecerse para  detener la marcha del cáncer que troncharía a un ser de los nuestros. Incorporémonos a una cadena de promoción  y de información  integradora a este causa.

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