Amagar y no dar

Amagar y no dar

Eusebio Rivera Almodóvar

La eliminación de la Policía Nacional sería como una eutanasia social

El mundo y nosotros cambiamos y la historia con sus recursos, pretéritos y presentes, nos retrotrae a lo que fue, que jamás será.

Algo tan simple como las bromas y entretenimientos infantiles, pasan al baúl de los recuerdos y en ocasiones, para conocimiento y disfrute de las nuevas generaciones, algunos impenitentes nostálgicos como yo, hablamos o escribimos sobre juegos de nuestra infancia como “musa, tataramusa; amagar y no dar; un pellizquito y mandarse a huir…” evocación que, por divertimento, asociamos con eventos actuales como el reciente retiro o pensión de 350 policías que se supone marca el inicio de las acciones del Poder Ejecutivo para reformar y/o modernizar la Policía Nacional.

Hay consenso en que la corrupción, la colaboración con la delincuencia, el narcotráfico y la falta de profesionalidad de la Policía Nacional, son males arrastrados por décadas y difíciles de erradicar sin hacer una desarticulación completa del organismo y finalmente reestructurarlo, pues si un cáncer ya destruyó a una persona, su muerte se transforma en un descanso o alivio para los que sufren junto al enfermo; la eliminación de la Policía Nacional sería como una eutanasia social, porque retirar gradualmente a las denominadas “manzanas podridas” es ir colocando en diferentes ambientes o escenarios a elementos contagiosos o contaminantes y si juntamente con el retiro o separación no se someten a la Justicia a los cabecillas de bandas policiales, sería como si el Presidente de la República estuviera participando en un jueguito de amagar y no dar, un pellizquito y mandarse a huir, bonito en su época, pero divorciado de los intereses de la ciudadanía que espera valientes decisiones de sus máximas autoridades.

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