Amar o querer

Amar o querer

Con el permiso de los abanderados que siempre apoyan el uso y costumbre de la palabra y por otro lado los que creen en la aplicación del sentido etimológico de la misma, entendemos que para amar hay que dar amor y querer es un deseo.

Y cuando se habla de amar es indiscutible que siempre hay que recordar al que todavía permanece clavado en la cruz y quien amó al prójimo como nadie en este mundo.

Hay personas que siempre han querido vivir plenamente y amar a quien quieren y desean, a veces sin reservas y creen estar seguros de la diferencia entre amar y querer porque son sentimientos diferentes.

Pero existe algo en la gente que dice que ama, que todavía no nos lo explicamos y es lo difícil que se le hace a una persona decirle a un ser querido que la ama; especialmente un marido a su mujer o un novio a su novia y sin embargo va a la iglesia y muy bajito dice que ama a Dios por encima de todas las cosas. No lo entiendo.

Pienso que tanto a los hombres como a las mujeres les da como timidez decir que ama a alguien o siente vergüenza, pena, tristeza o quién sabe qué cosa más, pero lo queremos negar. No somos sinceros con nosotros mismos y creo que eso no está bien.

!Qué fácil es cuando estamos enamorados decirle a ella que la quiero y tan difícil es decirle después que la amo!

Me encuentro entre los que están convencidos de que solo existe una vida y es ésta, y hay que vivirla de la mejor manera, simplificándola hasta donde se pueda y dando amor en cada oportunidad.

Hagamos el intento de hacer cambiar a aquellos que sin proponérselo se amargan de nada y sin mayor esfuerzo. Estos, ni se quieren a ellos mismos.

Hay personas que parece que cuando se levantan de la cama, miran a los lados a ver qué encuentran para molestarse, en vez de dar gracias a Dios porque le brinda un día más de vida.

Así mismo es que leen los periódicos y cuando salen a la calle, lo hacen buscando de qué quejarse y qué cosa criticar.

Eso es una forma perfecta para amargarse la vida y en ocasiones la de otros.

A todo aquel que se parezca al personaje descrito invítelo a escuchar de nuevo la canción “Gracias a la vida”,  que me ha dado tanto, de Violeta Parra, y que hace algunos años la puso muy de moda el chileno Alberto Cortés.

Y es que la vida es mucho más corta de lo que nosotros creemos y sin embargo hay gente que todavía parece que no lo percibe.

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