Amar; una actitud que da sentido a la vida.

Amar; una actitud que da sentido a la vida.

Hace unos días, tuve la oportunidad maravillosa de compartir mesa con unas amigas. La conversación saltaba de un tema al otro, como las gotas de agua de un arroyo cantarín. Sin embargo, las palabras de una de ellas –la más sabia- al compartir sus reflexiones acerca del amor, aun son digeridas por mi consciencia.

La vivencia del amor es más un viaje que un destino. Al oírla hablar, caí en cuenta que todo el camino hacia el amor, se trata de aprender a rectificar nuestra actitud hacia la vida. Anais Nin decía que no vemoslas cosas como son, sino que las vemosde acuerdo con nuestro modo de ser.

Como es usual, los clientes que llegaron luego de esa importante conversación me trajeron el “tema”: el principal obstáculo hacia el amor, es la actitud que tenemos hacia la vida. Solemos entender mal lo que significa amar.Muchas personas creen que debe ser algo que les guste, que les de felicidad, o les genere gratificación.

En el momento que lo que sentimos va en una dirección diferente a lo que esperamos, la “misión amar” es abortada. El amor solo se puede acabar de tanto usarlo, en las letras de una canción compuesta por alguien, que vio frustradas sus expectativas acerca del amor.

¡Si se agotó no era amor!, y si no lo fue, ¿entonces que era? La sabiduría de mi amiga en las décadas que ha compartido con su pareja, me han hecho pensar que es nuestra actitud hacia la vida, lo que nos separa del amor. La vida es incierta y nuestras emociones inestables. Descansar en cómo nos sentimos en el amor, es una vía segura de frustración o desilusión.

Cuando vemos el amor como un viaje que hacemos, desaparece la presión de intentar llegar a un engañoso destino final. El destacado psiquiatra vienés Víktor Frankl, sobrevivióa los campos de concentración de la SGM, manteniendo el poder sobre su actitud hacia la vida, en vez de enfocarse en las difíciles circunstancias que enfrentaba.

En su libro «El hombre en busca de sentido», Frankl comparte la actitud que tuvo en los campos de exterminio nazi: cada día buscaba -y encontraba- motivos para agradecer el seguir con vida. La experiencia de Frankl derivó en la logo-terapia, un modelo terapéutico que utiliza como elemento de curación la capacidad que toda persona tiene para pensar, hablar (y hablarse a sí mismo) desde una actitud positiva.

La semana pasada, en el taller realizado para el club de lectores Hoy, tratamos la manera en que el agradecimiento por nuestras raíces las transforma en alas. No podemos elegir lo que vivimos, pero siempre podremos escoger la manera en que respondemos a eso. ¿No es eso un inmenso poder?

Frankl prefirió dedicar sus días a imaginar lo que haría cuando fuera liberado, en vez de enfocarse en cómo morían sus compañeros en manos de los nazis, o la desesperación de los que se suicidaban. Imaginarse a sí mismo libre, impartiendo cátedras acerca de la psicología del prisionero de guerra, le ayudaba a encontrar un sentido a su vida.

En vez de maldecir su origen judío, él recurrió a la fuerza de sus raíces para contener el destino que le llegaba, al tomar la vida de sus padres. Además, utilizó su dolor para ayudar a otros a renunciar a la idea de que la vida es sufrimiento.

Las actitudes pueden ser positivas o negativas, según faciliten u obstruyan la manera que tenemos de afrontar la realidad, en cada momento de nuestras vidas. En un cierto nivel, tengo la certeza de que siempre puedo elegir qué tipo de actitud adopto ante tal o cual evento, pero debo confesar que no ha sido así con respecto al amor.

Según Abraham-Hicks, no podemos manifestar algo distinto si estamos inconfor-mes. De modo que, podemos predecir cómo serán los acontecimientos futuros, observando las vibraciones en que nos movemos hoy. En otras palabras, no es posible vibrar negativamente y a la vez atraer algo positivo. ¡Es imposible!

Con ejemplos tomados de su propia vida, mi sabia amiga me mostró que mantener el respeto y el amor por la pareja es una decisión, y ella la tomó.Al mirarme a mí misma comprendí que quien defiende la libertad, no puede ser feliz con el compromiso. Las actitudes importan más que las situaciones, ya que van a determinar de manera significativa los resultados que tendremos.

Actualmente, uno de los grandes desafíos que enfrentan las parejasproviene de la ilusión de conservar al adolescente dentro de la relación, y esto no es posible. En un momento de la conversación, la madurez del adulto tomó cuerpo cuando mi amiga dijo que la pasión merma con los años, pero la imaginación no. Cuando alguien cree esto, puede usar el poder de sus pensamientos al servicio de la relación,y seguir amando con el entusiasmo del inicio.

Un fragmento de canción de la obra teatral “Los miserables” dice: “Amar a otra persona es ver la faz de Dios”.Las relaciones de pareja son exclusivas de las personas adultas, amar implica renunciar a nuestras ilusiones. El desarrollo humano se da de tal manera que pasada una etapa, ya no podemos volver atrás.

El cantar de los cantares nos muestra que cuandonos referimos a Dios como “Él”, toda la humanidad se convierte en “Ella”.Para mí, febrero es un mes muy hermoso.Además del amor (14), y la independencia (27), celebro mi nacimiento (24). Aprovecho la cresta de esta ola energética para cambiar de actitud, y elijo amar.

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