Ambiente presenta Malecón es cada vez más deprimente

Ambiente presenta Malecón es cada vez más deprimente

Al Malecón de Santo Domingo les fueron clausuradas todas las áreas públicas diseñadas para el disfrute de la población. Plazas y parques están cerrados. La  iluminación es precaria en la mayoría de los espacios de recreación y en largos tramos de la avenida George Washington, paralela al gran paseo marítimo.

En varios puntos, las aceras tienen hoyos y les faltan las tapas de los sépticos, un peligro para el transeúnte.

Las plazas Omar Torrijo y Juan Barón fueron eliminadas por decisión del Ayuntamiento y estos lugares donde se concentraban cientos de personas, sobre todo, los fines de semana, no están en operación.

El parque Eugenio María de Hostos, escenario de grandes eventos en las dos últimas décadas, está cerrado y, lo que se denominó la playa de Güibia, fue prohibida hace más de diez años. Cuatro kioscos de cemento sin ninguna modificación, a lo que fue su estructura original, se destruyen dentro de la zona, la que se caracterizaba por las fiestas nocturnas, con ventas de comidas y bebidas.

Allí fue levantada una caseta de tablas, en forma de almacén, pero el entorno está lleno de desecho de materiales de construcción.

En la actualidad, el Malecón de la capital es utilizado para diversos fines, menos como un lugar público para recrearse y airearse.

Al menos cinco personas, equidistantes, hacen del Malecón de Santo Domingo, su casa. Se instalan entre las rocas y con el uso de madera,  cartón y  ropa vieja, levantan una casucha, donde  pasan el día y la noche.

Entre las avenidas presidente Vicini Burgos y la Abraham Lincoln hay cuatro barracas de  quienes dicen dedicarse a la pesca, la recolección de botellas y  labores no bien aclaradas.

Zoom

Marginalidad

El Malecón ofrece el triste panorama de niños limpiando zapatos, pidiendo y los que se esconden entre las rocas, por ser señalados consumidores de drogas y oledores de cemento. A este grupo se suman los que se dedican a actividades sexuales,  que son perseguidos por las autoridades.

Cuadro típico

Mientras todo esto termina con lo que queda del Malecón, la zona es cada vez más melodramática. Entre estas situaciones se desenvuelve el uso del Malecón. Es usual que a las 11:00 de la mañana, un turista recorra la vía, mientras otros  caminan en pareja, y en su cercanía, vendedores de cocos,  helados y  jugos, intensifican sus estrategias para lograr  la venta.

Posición del ADN

En enero de 2008, el síndico Roberto Salcedo anunció que haría el remozamiento de la zona marítima, desde  el espacio que abarca de Manresa Altagracia a la plaza Juan Barón, incluyendo la iluminación del Malecón y sus arrecifes, así como las plazas Omar Torrijos, Güibia y el parque Eugenio María de Hostos.

El síndico del Distrito dijo que discutían lo del remozamiento con los ejecutores del proyecto Sans Soucí y que pretendían controlar el tránsito que circula por esa vía turística.

El secretario general del Ayuntamiento, Domingo Contreras, explicó ayer que tienen un proyecto integral para rescatar el Malecón, con las aceras más amplias, seguridad ciudadana e iluminación. Pero en la solución de la zona tienen que incluir una seguridad integrada las 24 horas, puesto que el cableado del sistema eléctrico se lo llevan siempre, incluso, personal vestido de técnicos que reparan el servicio.

Contreras manifestó que en el relanzamiento del frente marítimo procuran restablecer la playa de Güibia, el parque Eugenio María de Hostos y establecer la regulación de la George Washington, por ser un tránsito muy pesado.

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