El ordenamiento o colocación de las palabras es importante para que el contenido de una comunicación: emisor/receptor, pueda ser de/s/codificado con la pertinencia que procuró el emisor, y la interpretación y destino que aplicará el perceptor.
Si elaboramos un encabezado de noticia de esta manera:
“El Seibo reclama obras frente al Palacio Nacional”, seguramente que perceptores de la noticia se mostrarán extrañados, o alguna parte de ellos.
¿Cómo van a solicitar que se levanten construcciones frente al Palacio Nacional? ¿En qué lugar? ¿En los jardines? ¿En las vías públicas? ¿Dónde y para qué?
En realidad, nuestra lengua goza de cierta flexibilidad de enlace; no hay dudas:
-Yo te regalaré el libro de Ciencias Naturales.
– El libro de Ciencias Naturales, yo te regalaré.
-De Ciencias Naturales, el libro, yo te regalaré.
Y algunas otras formas. Pero no procederemos a crear nuestra propia sintaxis, sin tener en cuenta que podría haber una perturbación, y el mensaje resultaría ineficaz y ruidoso, en algún modo.
Te regalaré de Ciencias Naturales, yo, el libro.
En este ordenamiento se produce un trastorno en el manejo de las palabras que las normas gramaticales exigen para la fácil comprensión de los hechos del habla.
El titular acerca del “reclamo de obras frente al Palacio Nacional”, supuestamente iniciadas por organizaciones comunitarias y religiosas de la provincia de El Seibo, se formularon frente al Palacio Nacional, son entre otras, una universidad, agua potable, drenaje pluvial; arreglo de caminos vecinales…
Sin embargo, estas y las obras que se quedaron en puntos suspensivos, no tendrán ninguna utilidad en el entorno de la Casa del Gobierno en Santa Cruz del Seibo, porque son jurisdicciones distintas y distanciadas una de la otra.
La noticia puede leerse en el Diario Libre del 25 de este mayo, a punto de finalizar.
Ese mismo diario recoge, bajo el título “Presidente Medina entrega escuela y liceo en Espaillat, p.9 de la misma fecha, al final de su último párrafo:
[… Gonzalo Castillo, ministro de Obras Públicas anunció […] que iniciarán el asfaltado de las calles de Veragua […] y un muro de contención para que detenga el desbordamiento del río que tiene /el mismo nombre de la junta distrital en tiempo de lluvias/. Desglosemos:
-El distrito lleva por nombre Veragua, igual que el río, y
-Próximamente se le construirá un muro de contención para proteger la localidad del desbordamiento del río /que tiene el mismo nombre de la junta distrital “pero solo” en tiempo de lluvia/.
Esto equivale a decir que /río/ y /jurisdicción municipal/ llevan el mismo nombre en tiempos de lluvias/.
Así, sin las palabras que separen los segmentos ajenos a signos de puntuación esclarecedores, donde bastaba una simple coma: [… el desbordamiento del río que tiene el mismo nombre de la junta distrital [,] en tiempo de lluvias. Faltó ese signo tan sencillo pero tan útil. O llevar el complemento preposicional: /en tiempo de lluvias/ a su ámbito conceptual [… que detenga el desbordamiento del río en tiempo de lluvias/. Y olvidarse de lo demás.
Revisiones necesarias, dominio del tema de la entonación a cada paso del texto, defenderse del enredo de ambigüedad que nos impone la urgencia del pluriempleo y otros factores.