Ambivalencia en la promoción de valores

Ambivalencia en la promoción de valores

Tahira Vargas

Desde la opinión pública encontramos el discurso continuo de que nuestra sociedad está viviendo una “pérdida de valores”. Este alegato está sostenido en la resistencia al cambio cultural y en la visión de que los valores se aprenden a través de la expresión verbal dejando de lado la relación discurso-práctica.
Los valores son parte de la cultura, se transforman o se mantienen, no se pierden. Los valores forman parte de un sistema de creencias y prácticas sociales. No se “enseñan” discursivamente, por el contrario, se aprenden en la convivencia cotidiana y en el modelaje social.

La solidaridad es un valor en la sociedad dominicana sobre todo en los estratos pobres, no está escrito ni se enseña en discursos, se aprende en la convivencia cotidiana.

Dentro del modelaje social se puede identificar el peso que tienen figuras de autoridad en sus prácticas y su coherencia discurso-práctica para influir en la promoción de valores. Estas figuras de autoridad pueden ser: responsables de familia, directores/as de centros educativos, funcionarios/as, legisladores/as, pastores de iglesias protestantes y sacerdotes/monjas/diáconos de iglesias católicas entre otros/as…

Ciertas figuras de autoridad desde las iglesias protestantes han utilizado discursos ofensivos hacia quienes ellos/as entienden promueven esta despenalización por tres causales acusando específicamente al movimiento feminista. Se les olvidó que quien hizo las observaciones al código penal para la despenalización del aborto por tres causales fue el presidente de la República, Danilo Medina, quien no pertenece al movimiento feminista.

Estas acusaciones han sido ofensivas y muchas veces llegan a la violencia verbal. El uso de términos despectivos hacia las personas y de violencia verbal es contradictorio con los argumentos que sustentan la defensa a la penalización total del aborto en base a la defensa de la vida.

La ambivalencia de estos discursos, vida-violencia, vida-muerte debilita el fomento de valores. La discriminación y exclusión es contradictoria con los valores de tolerancia y buen trato que son fundamentales para la difusión de una cultura de paz.

Despenalizar el aborto en los casos en que una mujer está en riesgo de muerte, que ha sido violada o una niña que ha sufrido incesto es una acción que favorecería grandemente a la promoción de valores asociados a la vida, al reconocimiento de la niña, adolescente y la madre como sujeto de derechos y al respeto de su cuerpo y su integridad moral y física.

Las ambivalencias presentes en el uso de palabras ofensivas y la discriminación hacia quienes promovemos que se despenalice el aborto por las tres causales, fortalecen antivalores como violencia y discriminación presentes que distan mucho del fundamento del mensaje cristiano que es el amor.

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