Amenazan con matar a misionero
canadiense en Haití

Amenazan con matar a misionero <BR>canadiense en Haití

Por MYRNA DOMIT
PUERTO PRINCIPE (AP) _ Los secuestradores de un misionero canadiense amenazaron con matarlo a no ser que sea pagado un rescate de 45.000 dólares, dijo el miércoles uno de sus allegados mientras las autoridades intentan obtener su liberación.

Ed Hughes, de 62 años, fue secuestrado el domingo en su una aldea al norte de la capital haitiana donde regenta un orfanato. Los asaltantes entraron en su casa y la saquearon antes de huir con Hughes, que ya había sido herido durante otro secuestro en diciembre del 2005.

La policía y los funcionarios de la ONU utilizan la colaboración de un mediador haitiano para negociar la liberación de Hughes, pero sin éxito, dijo Nelson Ryman, codirector con Hughes del orfanato Tytoo Gardens.

«El mediador preguntó a los secuestradores por qué hicieron esto a un hombre que solamente intenta ayudar al país, y los secuestradores respondieron que no ha sido herido aún, aunque si no reciben el dinero, lo matarán», contó Ryman desde su casa en la ciudad floridiana de Tampa.

La capital haitiana ha sufrido una ola reciente de secuestros que hizo presagiar el caos visto tras la revuelta de febrero del 2004 que derrocó al entonces presidente Jean Bertrand Aristide y desencadenó una hola de violencia.

El mes pasado 29 personas fueron secuestradas en la capital, frente a 15 en abril, según la misión de paz de la ONU. La cifra real es seguramente mucho mayor porque con frecuencia los familiares de las víctimas prefieren negociar con los secuestradores en lugar de notificar a la policía, que en ocasiones participa en la vida delictiva.

Ryman, que abandonó Haití la semana pasada, dijo que Hughes está distanciado de su familia y no puede pagar los 45.000 dólares que exigen sus captores.

Hughes perdió un brazo a causa de un balazo que recibió a fines del año pasado cuando intentó impedir el secuestro de un allegado, indicó Ryman. Agregó que Hughes, que vive en Haití desde hace ocho años, decidió continuar en el país para seguir regentando el orfanato. 

   

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