Amenazas y perspectivas del dólar
¿Seguirá siendo el dólar la moneda de preferencia?

<STRONG>Amenazas y perspectivas del dólar<BR></STRONG>¿Seguirá siendo el dólar la moneda de preferencia?

La sistemática desproporción  entre el declinante potencial productivo de los Estados Unidos y la gran cantidad de papeles-dólar circulando por el mundo (dólares reales y toda clase de papeles dolarizados) ha comenzado a provocar el irresistible nuevo descenso del valor de la moneda norteamericana en relación con el oro y las otras divisas fuertes, el euro y el yen.

El gobierno de Barak Obama ha buscado impulsar la economía norteamericana a través de la inyección de liquidez necesaria, estimulando la economía con créditos baratos y promoviendo paquetes fiscales atractivos a las clases media y baja. Se espera que eso traiga como consecuencia una mayor confianza al consumidor y, por tanto, un impulso al crecimiento del Producto Interno Bruto. Pero, actualmente se mantiene la incertidumbre acerca de si el país podrá o no recuperar sus anteriores niveles de prosperidad y, de ser así, cómo solventarían dicha sostenibilidad a largo plazo.

Los Estados Unidos han intentado en el pasado detener la declinación internacional del dólar por medio de una expansión del consumo nacional, el cual ha sido financiado en el exterior atrayendo capitales del resto del mundo, sobre todo de los países asiáticos. Pero dicha política exterior se ha visto rápidamente acorralada por su propia debilidad estructural, que se manifiesta en la acumulación de grandes deudas y de reservas en dólares de chinos, japoneses y europeos. Así, la caída del dólar aparece junto a las primeras señales de desconfianza hacia las otras monedas “fuertes” como el euro o el yen, cuyas economías de respaldo, la Unión Europea y Japón, están estrechamente ligadas a la de los Estados Unidos. Ello incita a los especuladores a diversificar sus negocios y a que los hacedores de política consideren por el momento políticas de corto plazo. Al mismo tiempo incita también a buscar valores de refugio, como es el caso de las recientes especulaciones en torno al oro cuyo precio ha estado ascendiendo desde el comienzo de la década.

Las amenazas latentes

Actualmente existen tres grandes amenazas sobre la evolución futura de la moneda norteamericana y, por tanto, sobre el nuevo rumbo de la economía mundial. Un primer indicador tiene que ver con el nivel de financiamiento del esperado crecimiento económico. Es evidente que el repunte financiero norteamericano está estrechamente ligado a la volatilidad que experimenten las bolsas de valores, específicamente con el comportamiento del mercado de acciones y el mercado de futuros. Un segundo indicador presta atención a la creciente sobreacumulación de reservas en los países del Asia y Europa, las cuales han pasado a representar de 9.3 y 1.5% del valor de las reservas monetarias mundiales en 1980, a 35.7 y 10.8% en 2009. Esta situación invierte el peso que en dichas reservas poseía la economía norteamericana cuando pasa de un 8.2% en 1989 a tan solo un 0.97% en 2009. Un tercer indicador de peso tiene que ver con el agotamiento de los recursos energéticos no renovables. Como ya sabemos, las cuatro principales potencias industriales (Estados Unidos, Unión Europea, Japón y China) son bastantes deficitarias en materia energética. Y sus probables niveles de expansión dependerán del repunte de la economía norteamericana.

Las propuestas.  Desde el año 1971, cuando el dólar dejó de ser respaldado por el oro, su valor no ha estado ligado explícitamente a ninguna mercancía. Sin embargo, en la práctica se ha ligado al petróleo del Medio Oriente, desde los acuerdos de 1974 en los cuales EE.UU. se compromete a garantizar la seguridad de la monarquía en Arabia Saudita. En el año 2000, Irak convirtió todas sus transacciones petroleras a euros. Cuando los EE.UU. invadieron Irak, una de las primeras medidas económicas tomadas fue la de volver a convertir todas estas transacciones de euros a dólares. Desde entonces, analistas han considerado diversificar las tenencias de reservas monetarias con otras monedas “fuertes” y cambiar las ventas de petróleo de petrodólares a petroeuros.

La primera propuesta formal vino de parte de Irán. Sus autoridades propusieron formar una Bolsa Petrolera Iraní con la cual planeaban abrir una bolsa internacional de petróleos a mediados del año 2006 para poner fin al monopolio del petrodólar en el mercado del crudo. Los que proponen esta teoría creen que ésta es la razón principal por la cual los EE.UU. quieren derrocar al régimen iraní y asegurar que el petróleo se siga denominando y pagando en dólares. Pero se especula que el cobro de euros en lugar de dólares podría causar una reacción en cadena en la cual más y más consumidores y productores de petróleo lo comercializarían en euros, forzando también eventualmente a los EE.UU. a pagar en euros. Esto significaría que los EE.UU. tendrían que hacer lo mismo que los demás países tienen que hacer, buscar la forma obtener la divisa extranjera para poder pagar el petróleo. Mientras el dólar permanezca como moneda de reserva y el petróleo se tenga que pagar en dólares, los EE.UU. han podido pagar simplemente mediante la impresión de más títulos energéticos en la forma de bonos del tesoro. Porque lo cierto es que si los EE.UU. tuvieran que buscar euros o yuanes para pagar su petróleo, entonces tendrían que aumentar los impuestos, reducir el consumo y aumentar sus exportaciones. En este proceso desaparecerían los activos de los acreditadores norteamericanos, lo que causaría una depresión de dimensiones similares a la de los años 30. En general se traería a debate el hecho de que el uso del dólar como moneda de reserva internacional estaría financiando el estatus de ese país como superpotencia mundial o si está usando su poder militar para mantener su moneda como moneda de reserva.

Por su parte, Rusia ha resaltado la reciente inestabilidad del dólar y ha puesto en duda su confiabilidad como moneda de reserva internacional. Según Rusia, un dólar inestable no es confiable como divisa y por ello propone la creación de una Bolsa Petrolera Rusa. Los rusos han señalado que el dólar se ha devaluado bastante con respecto al euro en los últimos años, lo cual les causa preocupación al tener que usarla como moneda de reserva. Las declaraciones de los rusos se reciben en EE.UU. como una advertencia de que ese país podría desplazar sus reservas en dólares hacia una divisa que no pierda su valor con respecto al euro. Rusia es uno de los mayores exportadores de petróleo y gas hacia Europa y estos recursos son avalados y pagados en dólares. De realizarse en euros se desafiaría la hegemonía del dólar, el cual se devaluaría aún más afectando seriamente la economía estadounidense. El presidente ruso Vladimir Putin anunció en mayo de 2007 la creación de una Bolsa Petrolera en rublos para vender petróleo y gas, con el propósito de convertir al rublo en una moneda internacional y que además pueda competir con el dólar y el euro como moneda de reserva internacional. Según el Banco Central de Rusia, el 70% de las reservas en moneda extranjera de Rusia eran en dólares, mientras que el 25% en euros. Meses más tarde, el 50% de dichas reservas están en dólares, 40% en euros y un 10% en libras esterlinas.

Lo cierto es que actualmente el mundo necesita con urgencia el consumo y el espacio de negocios de la economía norteamericana. Un tercio de las exportaciones chinas van hacia los EE.UU. y otro tanto a países asiáticos cuya capacidad de pago depende estrechamente de sus exportaciones.

La cifra

1.24 dólares por euro ha sido la tasa de cambio  promedio entre la moneda europea (el euro) y con respecto a la moneda norteamericana (el dólar) entre el año 2000 y el año 2009.

Zoom

Perspectivas

El euro ha subido un 13.6% frente al dólar en 2009. Los analistas dicen que entró en su “mayoría de edad” y que seguirá subiendo. No obstante, se estima que el euro no le quitará al dólar su papel de moneda favorita de las finanzas. La zona euro ha elevado sus proyecciones sobre el crecimiento del PIB para 2010, advirtiendo que el Banco Central Europeo (BCE) podría ser más agresivo con sus alzas de las tasas de interés. Una suba en las tasas de interés llevaría a un fortalecimiento del euro respecto del dólar, ya que la Reserva Federal norteamericana (FED) transita el camino inverso, reduciendo los tipos de interés como forma de incentivar a los capitales a buscar mejores rendimientos fuera del suelo norteamericano. Organismos internacionales bajaron las expectativas de crecimiento para Estados Unidos de un -2.6% a un 0.8%.

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