América Latina: de cenicienta a princesa

<STRONG>América Latina: de cenicienta a princesa</STRONG>

Estrategas, analistas, políticos y casi todo el mundo ha empezado a descubrir la relevancia estratégica que está adquiriendo América Latina y el  Caribe sorpresivamente, y quizás no tanto, en el horizonte económico mundial.

No son pocos los que empiezan a percatarse de que varios países de la región han sustituido a China por Estados Unidos como primer socio comercial, en tanto otros ya la han posicionado en segunda posición. Cada vez más instituciones internacionales y expertos destacan como la crisis mundial ha tenido, al menos hasta ahora, impactos mucho más tenues en la región.

Sectores políticos y empresariales estadounidenses no parecen reconocerle ni su ascendencia internacional ni su creciente importancia para Estados Unidos, tanto en términos comerciales como de seguridad.

Aunque desde decenios la importancia del mar Caribe como ruta de incidencia trascendental para el comercio mundial – conectando los dos océanos de mayor importancia geoestratégica – pero especialmente para las conexiones comerciales de Estados Unidos en el Golfo de México y en la costa Este, hay que visualizar que esa importancia se maximiza desde que el eje de la actividad económico-comercial se desplaza hacia el Pacífico y ello está catapultando el flujo comercial a niveles extraordinarios, incrementando el significado del Canal de Panamá, especialmente a partir de la entrada en funcionamiento de su ampliación. No menos relevante es el peso económico específico de conjunto de la región; alcanza ya un PIB de 4,5 billones – millón de millones – alrededor del 85% del PIB chino.

China se mantiene extraordinariamente activa e incisiva en la región – convertida ya en el primer socio comercial de países como Brasil, Chile, Perú – con crecientes intercambios comerciales, inyectando inversión y concediendo préstamos: en el 2010 el China Development Bank concedió préstamos a un grupo de naciones de la región por más de 35 mil millones de dólares, el triple de lo que concedió el BID.

Por su parte Estados Unidos se enfrenta a una región crecientemente desafiante, en la que es cada vez menos influyente pero que le resulta, día a día, más importante. En el 2011 exportó a la región 210 mil millones de dólares, tres veces más que lo que logró vender a China. México es su segundo mercado de exportación, Brasil el 7mo. y Colombia el 20avo.

Entre el 2002 y el 2010 sus ventas a Brasil pasaron de 12,400 a 35, 400 millones de dólares, una tasa de crecimiento que duplica la de sus exportaciones a todo el mundo. El gigante sudamericano, poseyendo 160 mil millones del Tesoro, es uno de los principales acreedores de Washington.

Estados Unidos importa más petróleo de la región que del Oriente: entre Arabia Saudita, Irak y Kuwait obtiene el 20% de sus importaciones pero de varios países de esta región recibe un 30 %. No debiera perder de vista que para el 2015 Brasil puede ser el quinto productor mundial y que las reservas de Venezuela se estiman las más grandes del mundo.

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