Hoy 
Difícil, muy difícil para una hija de republicano español callar frente a esa nueva y rarísima cara que España presenta al mundo: España está al revés. El juez que simboliza el rescate de la memoria histórica de un pasado doloroso que no queremos enterrar, ese juez que desentierra los olvidados del franquismo, enterrados en fosas comunes, ese Juez que quiere que tengan una sepultura con sus nombres, su fecha de ejecución y el lugar de su muerte, ese Juez es llevado por remanentes del franquismo a los Tribunales.
El juez Balthasar Garzón no debe pisar ni una escalera de ese Tribunal, España no puede darse el lujo de un espectáculo tan triste y vergonzoso en un momento en que su estabilidad política está en peligro, porque jamás desde 1929 el continente había conocido tan profunda recesión. El juez Luciano Varela tuvo la osadía de acusar al Juez Garzón, de ignorar la ley de amnistía de 1977 e indagar sobre la muerte de más de 100,000 republicanos, además de prevaricación. Corre 20 años de suspensión de sus funciones, sería una parodia de la justicia española, que se encuentra en manos de la Falange, quienes no quieren que corruptos y dictadores paguen por sus crímenes y odian mirar ese fantasma de la Guerra Civil que intentan, sin éxito, enterrar para siempre.
Garzón ni es corrupto ni sobrepasó sus funciones. La Universidad de Nueva York certificó que el Centro Rey Juan Carlos I administró y gastó los US$304,000 involucrados y que ninguno de esos gastos tomaron la forma de compensación directa o indirecta, en dinero o especie, al juez y su familia. Garzón debe seguir respondiendo a las demandas de las asociaciones por el rescate de la memoria histórica. Éstas organizan el próximo 24 de abril un encierro simbólico y concentraciones ante la Audiencia Nacional, para protestar por la causa del Tribunal Supremo contra el Juez de la Audiencia Nacional. América Latina entera debe plantarse, el Juez Garzón fue muy solidario con ella y hizo justicia hasta en Argentina. Todos y todas detrás de Garzón, desde este lado del Atlántico, que se oigan nuestras voces de apoyo y solidaridad.
