América Latina fue su segunda casa 

América Latina fue su segunda casa 

Madrid (EFE).- Rocío Jurado, quien fuera conocida como “la voz de España” durante varias décadas, convirtió a América Latina en su segunda casa, donde además de cosechar notables éxitos y premios vivió significativos acontecimientos de su vida personal.

Durante la década de los años ochenta, Rocío Jurado imperaba en el mundo artístico español por su voz y su temperamento y pronto se convirtió también en la reina indiscutible de la canción tradicional al otro lado del Atlántico.

Su relación con el continente americano venía de antes, en la década de los años 60, consciente la artista de la importancia que tenía triunfar en tierras americanas.

Afirmaba entonces Rocío Jurado que le interesaba viajar a la otra orilla del Atlántico porque tenía allí “muy buenos amigos”, y un público que le recibía con “los brazos abiertos”.

Y, apostillaba: “nuestros viajes a Latinoamérica nos ayudan a cotizarnos más en Europa”.

Pero sabía que a Latinoamérica, escenario escogido para estrenar sus repertorios en numerosas ocasiones, también debía rendir cuentas y, según decía, lo hacía “con gran regocijo”.

La alegría que le proporcionó su boda, en 1976, con el entonces boxeador Pedro Carrasco, la llevó a decidir pasar su luna de miel en varios países latinoamericanos.

“Pasaré mi luna de miel en Latinoamérica. Quiero que Pedro me lleve a Puerto Rico, Colombia República Dominicana, Panamá. Quiero recorrer durante un mes una buena parte de ese mundo que siempre me ha ofrecido tanto, pues aún tengo presente mis éxitos en varios países latinoamericanos”, afirmaba la artista.

Y es que la “Chipionera”, nombre artístico en homenaje a Chipiona, la ciudad de la sureña Cádiz donde nació en 1944, sentía una gran atracción por el mundo latinoamericano, sus costumbres, sus gentes y su folclore “tan triste y alegre” al mismo tiempo.

Esta profunda admiración la compartió con su primer marido, quien le acompañó en sus giras por la región, primero sólo y luego con la única hija que tuvo la pareja.

Y es que Latinoamérica también fue elegida a fines de septiembre de 1977 por la cantante para hacer su primera gira como madre, y la tercera por todos los países latinoamericanos.

Hasta allí viajaba acompañada también con sus baúles cargados con trajes de gran colorido y belleza, convencida de la necesidad de elevar la copla y sacarla de los escenarios de flamenco.

Su afán de superación le llevó a estudiar declamación, música, canto y modelaje, y su constante afán por ampliar su horizonte musical le hizo grabar en 1978 un disco en México, en el que por vez primera interpretó canciones acompañada por mariachis.

Así, mientras triunfaba con temas como “Si amanece” o “Caballo viejo”, del venezolano Simón Díaz, grabó canciones del mexicano Juan Gabriel en un disco considerado por la artista “muy importante” para su carrera.

Porque, explicaba, “sin dejar de cantar como la Rocío que conocéis en España, incorporó una serie de elementos nuevos en mis canciones”.

Pero en América también vivió la artista algún que otro susto como el terremoto de México, en 1979, o la polémica levantada en Argentina en 1980 (durante la dictadura militar) tras la edición de su disco “Señora”, que hizo que finalmente anulara su actuación en ese país.

Su segundo matrimonio, en 1995, con el torero José Ortega Cano le unió si cabe más con Latinoamérica, ya que cuatro años después del enlace adoptaron a dos niños colombianos, José Fernando y Gloria Camila.

“Cuando nos los entregaron fue para nosotros el día más importante de nuestra vida”, declararon entonces Rocío Jurado y Ortega Cano.

Precisamente Colombia, junto a México y Venezuela, figura entre los países que más veces visitó y donde en los últimos meses se ha publicado su último trabajo, “Rocío Siempre”, grabado junto a artistas como Chayanne, Paulina Rubio, Raphael, Lolita y David Bisbal con motivo de la gala especial que le dedicó TVE en diciembre de 2005.

Un homenaje que se suma a la multitud de discos de oro y premios obtenidos por Rocío Jurado tanto en España como en América, por ejemplo el “Guaicapuro de Oro”, de Venezuela, o el de Artista Internacional del año en Puerto Rico y República Dominicana.

Miami, donde pasó largas temporadas, ha sido una de las ciudades que más la ha agasajado.

En 1986 fue nombrada Reina del Carnaval y más de un millón de personas la aclamaron en un desfile por la Pequeña Habana de Miami, donde Rocío es muy querida por la comunidad cubana allí residente.

En diciembre de 2003, meses antes de revelar que padecía el cáncer de páncreas que le alejó de los escenarios, recibió en la ciudad estadounidense, en la entrega de premios de la Organización de Periodistas Iberoamericanos (OPI), un galardón en reconocimiento a su labor artística.

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