América Latina no podrá competir con China si no reduce la pobreza

América Latina no podrá competir con China si no reduce la pobreza

Washington, (EFE).- América Latina no podrá alcanzar un mayor crecimiento ni competir con China y las economías del sureste asiático si no invierte de forma más decidida en la reducción de la desigualdad y la pobreza, aseguró ayer el Banco Mundial (BM).

Según el organismo, la pobreza impide alcanzar tasas de crecimiento altas y sostenidas en América Latina, en donde el 25 por ciento de la población vive con menos de dos dólares al día.  Esa es una de las principales conclusiones del informe anual sobre la región presentado hoy por el organismo, en el que se apunta que el 10 por ciento más rico de los latinoamericanos acaparan el 48 por ciento del ingreso total, mientras que el 10 por ciento más pobre obtiene sólo un 1,6 por ciento.

Esas estadísticas convierten a América Latina en la región con mayor desigualdad del mundo después del Africa Subsahariana.

En “Reducción de la pobreza y crecimiento: círculos virtuosos y círculos viciosos”, el Banco destaca que una reducción de la desigualdad del 1 por ciento equivale a un repunte del crecimiento del 2,5 por ciento en Argentina o del 2,3 por ciento en Brasil.

El Banco, que durante años ha insistido en la importancia del crecimiento en la erradicación de la pobreza, cambia en este nuevo informe el eje de su discurso, al hacer hincapié en la necesidad de impulsar políticas pro-crecimiento orientadas a los pobres para estimular así la salud económica de los países.

“La pobreza dificulta el crecimiento de la región y a menos que las limitaciones que afectan a los pobres se resuelvan, resultará difícil que haya un crecimiento sólido”, aseguró Pamela Cox, responsable del Banco Mundial para la región.

El informe del BM hace hincapié en la necesidad de apostar por la la calidad de la enseñanza y por mayores inversiones en infraestructura para beneficiar a las regiones rezagadas y aumentar así el acceso de los pobres a los servicios públicos.

Guillermo Perry, economista jefe del BM para América Latina, insistió en que el acceso de los pobres a la educación, y el que sean capaces de completar los estudios secundarios, resulta “crucial” para romper el círculo vicioso en el que se encuentran.

Perry recordó durante la rueda de prensa en la que se presentó el informe, que en países como Argentina los segmentos más pobres de la población tienen una media de siete años de educación, mientras que los más ricos disfrutan de trece años de escolarización.

El Banco cree que también es necesario ampliar el acceso al crédito y la financiación y poner en marcha políticas eficaces, como los programas de ayuda condicionada, que vinculan el desembolso de fondos a las familias seleccionadas con criterios como la asistencia escolar de sus hijos, y que funcionan ya desde hace años en países como Brasil, México y Colombia.

Pese a los enormes desafíos pendientes, Perry señaló que existen razones para creer que Latinoamérica será capaz de superar su larga historia de pobreza y desigualdad.

“Puede que no resulte fácil”, indicó el economista, quien insistió en que las excluyentes instituciones coloniales explican el retraso que sufrió Latinoamérica a mediados del siglo XIX. Además, ese legado colonial de gran desigualdad permite entender el retraso de la región a principios del siglo XX.

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