Termina un año y comienza otro y como es siempre usual se hace un balance del que se va y un pronóstico del que viene. Del 2015 descubriremos que los resultados están lejos de lo que se pensó que iba a suceder a comienzos de año y casi seguro comprobaremos lo mismo en diciembre del 2016. Es prácticamente inevitable. No se trata de que las agencias y bancos internacionales tiendan a errar, es que la economía es así. Las variables que la impactan son volátiles. Los errores tienen efectos inmediatos pero la rectificación de los mismos suelen llevar años.
En los inicios del 2015 el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) proyectaba que para los próximos cuatro años la región crecería un 3%. Sin embargo, unos pocos meses después empezaron a conocerse los primeros ajustes: Credit Suisse redujo su previsión desde un 2.2% inicial a 1.3%; a fines de abril el FMI estimaba que el crecimiento sería de 0.9%; Fitch Ratings preveía en octubre una contracción del 0.6% bajando desde el 0.5% de crecimiento que preveía en abril. La CEPAL veía un crecimiento del 0.5% para 2015 en julio – a comienzos del año pronosticaba un crecimiento del 2.2% – pero en diciembre ya estimaba que la economía regional se contraería un 0.4%
El bajo crecimiento de las economías centrales generó poco crecimiento del comercio internacional y de la inversión. Se contrajo la demanda de productos básicos, especialmente minerales, deprimiendo los precios de los mismos. Sólo la caída de los precios del petróleo tuvo efecto devastador en varias economías de la región: Venezuela, México, Ecuador, Colombia, Trinidad-Tobago. La economía de China, devenida en socia estratégica y creciente de muchos países regionales se estima crecería “sólo” un 6.9%, disminuyendo su colosal demanda de productos básicos. La reanimación de la economía estadounidense no tuvo una gran incidencia regional.
Para el 2016 se sigue previendo un complejo escenario internacional que en nada beneficiará a la región. El crecimiento global se prevé que no superé los 2.9% provocando mayor caída de los precios de las materias primas que exporta Latinoamérica y el Caribe y disminuirá la inversión. Se teme que el crecimiento chino llegue a un 6.4% en tanto la subida del interés en los EE.UU. afecta nuestros países. Teniendo en cuenta ese panorama la CEPAL prevé que la región crecerá solo un 0.2% pero el JP Morgan prevé una contracción del 3.7% en tanto BBVA, más optimista, cree la caída será de sólo un 0.5%
Sin embargo, como siempre ocurre, el comportamiento subregional y por países será diferenciado con América Central creciendo 4.3% en 2016 y Sudamérica contrayendo su PIB en 0.8%. De acuerdo con las previsiones las economías más pequeñas tendrían un mejor desenvolvimiento, entre ellas Panamá con 6.2%; la RD con 5.2%; Bolivia 4.5%, Cuba con 4.2% y Guatemala con 4.0%, entre otras.