América Latina y el Caribe – Estados Unidos

América Latina y el Caribe – Estados Unidos

El decursar histórico de lo que José Martí denominó “Nuestra América” y que enmarcó del “Bravo a la Patagonia”, es en buena medida la historia de las relaciones entre nuestros países y los Estados Unidos. Unas relaciones tumultuosas y complejas en la que la peor parte la han llevado América Latina y el Caribe. Nuestros países han tenido una evolución histórica marcada, y dañada, por la política de intromisión e intervencionista del poderoso vecino del Norte.

Esa realidad ha marcado al continente y a sectores muy amplios de la población en cada uno de los países. Algunos, de vez en vez, claman por superar el síndrome antinorteamericano.

No dejan de tener razón, pero para ello es imprescindible un cambio de posición en la sociedad estadounidense que incida en un cambio de percepción en nuestros países. Obsérvese que hablo de un cambio en la sociedad norteamericana y no solo en las políticas oficiales que emanen de la Casa Blanca y el Departamento de Estado. Experiencias recientes nos muestran como determinados hechos son evaluados en una dirección por esos dos centros de poder en tanto otros se resisten a los mismos y recurren a posiciones que sirven de argumentos a quienes de esta parte del mundo también insisten en evaluaciones sustentadas en experiencias que todos quisiéramos poder decir que son “pasadas”. Lo cierto es que cuando no se tiene presente la historia, para aprender de ella, se corre el riesgo de que la misma se repita.

Decía recientemente que es urgente que se entierren los fantasmas de la Guerra Fría y contribuyamos a armar unas relaciones internacionales basadas en la cooperación, la tolerancia y el reconocimiento de las particularidades culturales, políticas e históricas. Lamentablemente, algunos sectores persisten en visiones que separan y alejan en un continente que ha cambiado radicalmente y que ya nunca volverá a ser el mismo que era hace unos pocos lustros. América Latina, el Caribe y Estados Unidos se necesitan, estamos engranados por una realidad geopolítica indisoluble, por tanto, lo que más nos conviene a todos es desarrollar unas relaciones armoniosas que sustente el progreso de todos. Para unos y otros son importantes los mercados recíprocos.

Nuestro divisionismo histórico, no analicemos ahora sus causas, nos ha hecho un daño terrible. Solo nuestra unión mediante la concertación, la cooperación y la integración nos puede hacer fuertes y respetables. En un seminario reciente en la Escuela de Graduados de Altos Estudios – EGAE – del Instituto Superior de la Defensa – INSUDE – del Ministerio de las FF.AA. unos politólogos brindaron conferencias magistrales destacándose en una de ellas que a los propios EE.UU. se le complicaba con frecuencia las relaciones de cooperación con la región por nuestras separaciones internas. En consecuencia, al igual que a nosotros mismos, también a nuestro principal socio le conviene nuestra unión. Avancemos en la integración y hagamos converger todo el andamiaje institucional que hemos, y seguimos, armando.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas