Bogotá. Comparada con otras regiones, América Latina y el Caribe, aún con sus “dificultades y brechas”, es “una zona de paz” en un mundo tan frágil y vulnerable como el actual, equiparable al del final de la II Guerra Mundial. Así lo dijo a Efe Esteban Caballero, director de la oficina regional del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA), organismo que hoy publicó su informe anual, un compendio de las crisis que proliferan en el mundo, desde los conflictos armados hasta los desastres naturales, y de las soluciones para mitigar el sufrimiento de los millones de personas que las padecen.
El informe pone énfasis en el “precio desproporcionado” y paradójicamente poco visible que las mujeres y niñas pagan en las crisis y hace hincapié en la necesidad de garantizar sus derechos sexuales y reproductivos en esas situaciones. “Una crisis puede agravar la vulnerabilidad de las mujeres y las niñas al VIH (virus del sida), los embarazos no deseados, las muertes maternas, la violencia por razón de género, el matrimonio infantil, las violaciones y la trata de personas”, dice UNFPA. También puede borrar de “un plumazo” los progresos logrados en un país o región con gran esfuerzo, agrega. Una de las principales amenazas para América Latina y el Caribe en un mundo “frágil y en emergencia” es el cambio climático, además de los sismos, aunque la región está “bastante mejor” que Oriente Medio y África en cuanto a capacidad de gestionar situaciones de riesgo, incluso sin ayuda internacional, señaló Caballero.
El informe destaca que el número de personas que necesitan ayuda humanitaria es el más grande desde la última Guerra Mundial (1945-1949)- 100 millones, de las cuales una cuarta parte son mujeres de 15 a 49 años. Además, cada año 200 millones de personas se ven afectadas por desastres naturales o emergencias. El número de desastres naturales, en especial de inundaciones y tormentas, es el doble que el de hace 25 años.
Los desplazados internos a causa de conflictos y violencia suman 59,5 millones en el mundo y el promedio de tiempo que pasan fuera de sus lugares es de 20 años. Un país latinoamericano, Colombia, con 6,04 millones de desplazados internos, tiene el triste honor de ser el segundo en número de personas que se ven forzadas a abandonar sus lugares de origen o residencia, solo superado por Siria (más de 7,6 millones).
El Salvador, con 288.900 desplazados, México (281.400), Guatemala (248.500), Perú (150.000) y Honduras (24.900) son los otros países de América Latina incluidos en el mapa del desplazamiento. El informe incluye también mapas de la fragilidad y la vulnerabilidad de los países. Haití es el único país de América que está en el grupo de los nueve “más frágiles” del mundo, aquellos que lo son en las cinco dimensiones que tiene en cuenta el informe (violencia, justicia, instituciones, resiliencia y fundamentos económicos).
Venezuela y Honduras están incluidos en un grupo de 26 países frágiles en tres dimensiones. El primero en lo que se refiere a violencia, justicia e instituciones, como le sucede a Libia, y el segundo en violencia, resiliencia y fundamentos económicos. Entre los frágiles en dos dimensiones, que son 22 países, están Panamá, Colombia, Guatemala y Paraguay. Además, en la lista de los 10 países del mundo con más probabilidades de ser afectados por riesgos climatológicos, Honduras está en el primer puesto, Haití en el tercero y Nicaragua en el cuarto. Otros dos países latinoamericanos, República Dominicana y Guatemala, están en esa misma lista.