Hoy 
POR LLENNIS JIMÉNEZ
La Autoridad Metropolitana de Transporte (AMET) no ha podido ajustar la prueba de alcoholímetro por carecer de agentes instruidos en el uso del equipo que mide en el conductor el grado de alcohol ingerido.
La coordinadora de los fiscales de Tránsito del Distrito Nacional, Bertha Susana Byas, declaró que los fiscales se han constituido en una retranca para impedir que los agentes de AMET cometan una cacería de brujas, contra los choferes.
Aclaró que el gas pimienta no se ha descartado en el uso de los agentes fiscalizadores del tránsito, ya que lo conciben como un instrumento más en poder de los policías para defenderse.
Byas expresó que no entiende a los ciudadanos que trataron de satanizar la situación de los alcoholímetros, mientras ahora reclaman que no se usan.
La magistrada Byas afirmó que a los tribunales van algunos casos por alcoholímetros, pero que se trata de contravenciones muy pobres. Indicó que la situación de las bebidas alcohólicas se da en las noches, y ocurre que los agentes de AMET no están en las calles en ese tiempo. Sostuvo que los agentes hacen servicio hasta las 8:00 de la noche, pero a partir de las 10:00 ya están retirados.
El mayor consumo de bebidas alcohólicas, sin embargo, ocurre después de los que agentes se han ausentado.
Byas dijo que la AMET cuenta con el equipo llamado de La Lira, utilizados en lugares específico y de noche, empero, no son muchos. Sostuvo que hay deficiencia de AMET y que ahora es cuando están siendo preparados los nuevos académicos.
Además de eso, hay una situación de que la AMET tiene que regularizarnos primeros con un equipo especializado solo para eso, precisó. En los últimos días fueron reportados unos nueves casos choques ligeros entre vehículos por ingesta de alcohol.
La magistrada Byas consideró, empero, que la disminución de las infracciones de tránsito por consumo de alcohol es evidente, lo que atribuye a que la ciudadanía cumple más la ley.
INVERSIÓN EN PROYECTO
Según la Secretaría de Interior y Policía, el Estado pagó RD$4 millones por los 1,200 alcoholímetros y los primeros mil pitillos que se colocan en la boca del conductor para medirles grado de alcohol consumido.
