AMET quiere seguir fiel a la ley
sin infundir terror a ciudadanos

AMET quiere seguir fiel a la ley <BR>sin infundir terror a ciudadanos

POR ÁNGELA PEÑA
 Son un equipo de hombres y mujeres afables que inspiran confianza, en vez de infundir temor. Encabezados por un pintoresco cibaeño que pese a la profundidad de sus declaraciones las pronuncia con la característica i del santiaguero, todos están empeñados en compenetrarse con la ciudadanía y borrar la imagen de terror que inducen en ciertos conductores, aunque siempre acogiéndose a las leyes.

 Alrededor del mayor general José Sigfredo Fernández Fadul, un ingeniero civil que además de ejercer la profesión ha hecho carrera en la Policía y que ahora dirige la Autoridad Metropolitana del Transporte, están el gobernador, coronel Raudo A. Ramírez Comas; el atento y preocupado primer teniente Federico Duval, vicegobernador; el doctor Frank F. Durán Mejía, director de Recursos Humanos; el coronel Simón Emilio Báez Guerrero, gerente de Asuntos Internos; el teniente coronel Pascual Cruz Méndez, director de Operaciones; Lirintor Rodríguez, asesor; la doctora Clara Melgen, consultora jurídi,ca y el periodista Perfecto Martínez, director de la Relaciones Públicas.

 Gentiles, espléndidos, sonrientes, solícitos, ofrecen té o café y coinciden en el mismo discurso que asegura un cambio de imagen en el personal del organismo.  ¿Son siempre tan atentos y simpáticos o se debe a una pose por la comunicadora y las cámaras? porque esas no son apariencia ni compostura de la mayoría de sus celosos agentes al acecho de un infractor. Aseguran que son así aun fuera de entrevista. El mayor general no tiene que jurarlo pese a que tras la sonrisa bonachona se oculta un seguro servidor pero fervoroso del cumplimiento de la ley, pero sin excesos.

 El superior llega sin aparatosidad, se disculpa por la tardanza debida a una reunión con el Presidente de la República prolongada más de lo previsto, solicita que le traigan un cafecito y confiesa: “Cada maestro tiene su librito, nuestro librito está bien claro: la cortesía no quita lo valiente. Al hacer cumplir la ley no hay que agredir, ultrajar ni vejar a nadie. Solamente le decimos al Amet: Respetuosamente, usted va donde la persona, buenos días caballero, señora, señorita, usted cometió una infracción, permítanos sus documentos… Ahora: nosotros somos respetuosos, le pedimos a la ciudadanía que respete a la autoridad, porque la autoridad no es negociable, la multa se va a imponer por arriba de quien sea, siempre que haya una infracción”.

 El nuevo equipo del mayor general está bien compenetrado con los ideales de su jefe. A la eficiencia para con el pueblo agregan un evidente apoyo a sus miembros porque a veces, afirman, el ciudadano extorsiona, se rebela, abusa, arremete. Cuentan de un Amet que hoy padece parkinson y otro que por poco pierde su miembro viril porque conductores enfurecidos les estrellaron sus automóviles.  “En toda sociedad hay desaprensivos”, manifiesta el mayor general, y agrega: “en un momento dado, una persona actúa en base al hecho, así como usted se altera, me altero yo. Un Amet es un humano, puede alterarse y decir palabras descompuestas, fuera de lo normal, pero nuestro lema es cumplir la ley sin llegar a excesos”.

 El general y sus muchachos invitaron a la reportera en atención a la denuncia de que un miembro de ese cuerpo fue acusado de acoso sexual. “El director ordenó una investigación y determinó que, ciertamente, el agente cometió un exceso. Se tomaron las medidas de lugar y ese agente está siendo cancelado de la institución. Se va a hacer una formación general y se va a informar a todo el personal el porqué de esa decisión, para que estas cosas no sucedan ni en Santo Domingo ni en el interior”, declaró el coronel Durán Mejía.

 En el encuentro se trataron otros temas: el denunciado macuteo, la censurable práctica de despojar al conductor de su licencia, el valor de las multas, los informes diarios que se ofrecen al general Fernández Fadul, el ejemplar procedimiento de los Amet cuando detienen padres acompañados de sus hijos o la cautela que les aconseja tener con ciertos conductores y peatones delicados por embarazo o enfermedad, por ejemplo.

 La extorsión y el abuso de los funcionarios con la Amet no escapó al conversatorio como tampoco la insistencia en que se hiciera pública una iniciativa de esta gestión: la línea caliente que escucha y atiende denuncias las veinticuatro horas: 686-4819; 686-4799; 686-6520 ext. 313 y 1-200 Amet (2638).

Nueva Imagen

 Ágiles asistentes llevaban al general informes del día, reportes de supervisores, novedades. El pasado 27 de septiembre hubo un total de mil 107 infracciones por violar la luz roja, usar el celular conduciendo, no llevar el cinturón, obstruir el tránsito, transitar en vía contraria, no llevar espejo, revista o licencia, estacionar en zona prohibida, doblar en U, tener vidrio tintado, manejo temerario, pisar paso peatonal, estacionarse sobre la acera, entre otros. Siete vehículos se remolcaron al canódromo y tres a la Base Oriental. Novecientas setenta y nueve licencias fueron retenidas. ¿Cuándo dejarán de quitar ese documento?

 La doctora Melgen respondió que se han hecho estudios y han concluido que esa es la única manera de lograr que el conductor vaya al tribunal. “En una ocasión se dejó de quitar y brillaron por su ausencia, le rompían las copias de los recibos a los agentes en la cara y les decían “te lo vas a comer”. Adelantó que se están haciendo análisis para ver como se consigue que acudan al tribunal con otro tipo de presión.

 Las multas, agregaron, no han subido. Las más caras son las que se aplican por no llevar cinturón y hablar por celular, que oscilan entre más de cien y menos de quinientos. “Sin embargo, acota Durán, a las que son más peligrosas, como robarse luz, manejo temerario, rebase en lugares no permitidos, obstrucción en la vía pública, no le temen porque la contravención es benigna, de cinco a 50 pesos”. Pero las multas no son incumbencia de Amet. Lo determina la ley 241, aclaran.

 El director de Asuntos Internos niega los macuteos. Dice que desde 1997, cuando se fundó Amet, solamente hubo dos acusados por esa práctica. Hubo que creerle. Dijo que allá llegan a diario policías de tránsito con dinero en efectivo para someter al infractor porque cuando le han puesto una multa los han sobornado.

 Fernández Fadul habló del perfil ideal de los Amet, de los programas conjuntos con la secretaría de Educación, anunció que casi seiscientos agentes pasarán a ser policías, porque “en muchos casos se hacían de la vista gorda porque no eran autoridad en cuanto al orden público, sino que solamente estaban para dar tránsito, además estaban desarmados, ahora estarán también en el deber de actuar en robos, atracos, etc”.

 Pero su interés, reitera, “es que nos vean como personas pertenecientes a esta sociedad, no como un temor, que nuestra imagen sea de servicio, pero para eso necesitamos la cooperación de la ciudadanía que a veces es negativa, prepotente. Aquí se han cancelado muchos Amet en gestiones anteriores por ponerles multas a funcionarios y a esposas de funcionarios, en mi gestión espero que eso no suceda, un Amet no puede ser cancelado por cumplir con su deber, eso le baja la moral. Yo voy a defender mi gestión, mis hombres. Así como no apoyo lo malo, voy a defender lo bueno”.

 La palabra Amet es casi sinónimo de terror, se les observa y responden que “todo el que dice eso es porque viene hablando por el celular o anda sin cinturón”. “Nosotros –comunica- no queremos ser represivos. Se instruyó a los miembros de Amet para que cuando un padre lleve a sus hijos en el vehículo y sea detenido, no le pongan la multa, sino que le llamen la atención delante de los niños, porque son esos pequeños los que van a condenar a sus padres. Lo decimos por experiencia propia”.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas