AMET y el ciudadano ejemplar

AMET y el ciudadano ejemplar

Eusebio Rivera Almodóvar

Posiblemente ordenaron a unos agentes de la Autoridad Metropolitana de Transporte (AMET, ahora DIGESET) apostados en la intersección de las avenidas Isabel Aguiar y prolongaciones de la 27 de Febrero (“Pintura”) llenar una cuota de multas en esa área, ideal por el caos permanente. Allí le pusieron a un gran amigo nuestro una contravención el 20 de enero pasado y luego de explicarme lo inapropiado de la misma y la cuestionable conducta de los agentes, me dijo lo siguiente:
“No quise esperar al otro día para ir a la AMET para hacer mi reclamo-denuncia y allí encontré una gran alineación de numerosos carros de patrulla nuevecitos en posición de “foto-show” (no “shop”); no encontré adonde parquearme y considerando estúpido tratar de hacer algún reclamo en esas circunstancias, ni el día siguiente porque era el feriado de la virgencita de La Altagracia, opté por cogerlo suave y calmarme”. Continuó diciéndome: “Los jefes de AMET saben que en esa intersección no hay forma de que un batallón de agentes controlen el desorden o anarquía permanente y si fue un día de poner “ejemplos” con multas, seguro que recaudaron una buena parte del dinero que usaron en la compra -con sus respectivas “comisiones”- de las camionetas en exhibición”.
Suspiró y agregó a su relato: “Ya no veo forma de corregir esa inmerecida multa a menos que me gaste en tiempo, gasolina y malos momentos mucho más de lo que ella costaría. Soy un ciudadano ejemplar, fiel cumplidor de las leyes, pero ahora, amargamente, rememoro la frase lapidaria de don Rafael Herrera (QEPD) planteando que “en un país lleno de sinvergüenzas ser honesto es una sinvergüencería”.

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