El ex-secretario de Agricultura, agrónomo Manuel Amézquita aseguró que los insumos agropecuarios no han experimentado bajas en la misma proporción en que se ha reducido el tipo de cambio y dijo que los productores han pagado un sobre precio de $ 250 millones de pesos si se estima un consumo de más o menos de cuatro millones de quintales anuales.
Amézquita, que además es secretario de Asuntos Agropecuarios del Partido Reformista Social Cristiano dijo que este sobreprecio que han pagado los productores por el uso de insumos en el agro no es tomando en consideración otros insumos de consumo masivo en la agricultura como los insecticidas y fungicidas.
El también ex director de Inespre en los gobiernos del Presidente Balaguer consideró que el actual gobierno debe procurar medidas para que los insumos agropecuarios registren reducciones en sus precios igual a como se ha reducido el tipo de cambio en el mercado monetario.
Amézquita declaró que la mayoría de las compañías importadoras de insumos agropecuarios y procesadoras de abonos químicos cotizan a sus clientes en dólares desde que esta moneda empezó a experimentar variaciones en su cotización desde el gobierno pasado.
«No nos explicamos como las autoridades Agropecuarias y la Secretaría de Estado de Industria y Comercio no han tomado cartas en el asunto forzando una sincerización en los precios de los insumos agropecuarios», indicó.
Sostuvo que los insumos en el agro han bajado algo, pero no en la misma proporción que ha bajado la tasa del dólar.
Amézquita señaló que un quintal de abono 15-15-15, uno de lo más usados en la agricultura costaba US$ 16.95 igual a $ 754.00 en agosto del año pasado con un dólar a US$ 44.50, hoy ese quintal cuesta $ 694.00 calculado a una tasa a diciembre de US$32.50 cuando debiera costar $ 550.00, es decir, cuesta $144.00 por encima de lo que debería ser su precio normal, si se le aplica la proporción de un 27% que ha descendido la tasa del dólar de agosto a diciembre del año pasado.
«Las autoridades tienen una gran oportunidad para bajar los costos de producción, además que estimularían a un mayor uso de insumos agropecuarios y por ende mayor productividad, mayores ganancias para los productores, mejor oferta alimentaria en cantidad y calidad, mejores precios para el pueblo consumidor y correspondencia con los enunciados del gobierno de que «comer es lo primero», apunto el señor Amézquita.