No me refiero solo a la preciosa y ocurrente canción, de la cantautora mexicana Ana Gabriel, sino más bien a ese significativo estremecimiento pasional que en estas letras se describe.

¿Quién no ha tenido alguna vez un amor platónico? Ese amor emanado de la mezcla  entre amor físico y amor espiritual, que se debe a que uno idealiza tanto a una persona que se enamora pero sabiendo que nunca pasará algo ente ellos, sentido al cual nos referimos también con el amor imposible.

Definitivamente el amor que se sostiene en estado platónico es el que tiene un impedimento para concretarse, ese impedimento puede ser de muchas naturalezas, desde el estado civil, la edad, hasta el aspecto físico, o razones económicas, por nombrar algunos. A veces nos enamoramos de personas que no debemos o al menos no es socialmente correcto, lloramos en silencio, o nos alegramos con solo verle o estar cerca. Así es el amor. En ocasiones surge con fuerza y no respeta leyes, imposiciones, pautas sociales, parentescos y un sin fin de trabas más.

Según la filosofía de Platón, es la motivación (o empuje) que lleva al conocimiento de una idea y a la contemplación de la misma, y que varía desde la apariencia de la belleza hasta el conocimiento puro y desinteresado de su esencia. Se refiere al amor inalcanzable, que no se puede materializar; una forma de amor y amistad en el que puede haber un elemento sexual, de forma mental, imaginativa o idealística y no de forma física.

Hay amores imposibles. Aquellos en que la chispa no prende, la magia no aparece. Pero también están aquellos en los que el amor explota, la chispa arrasa, la magia perturba sin fin… Pero son amores que por las características que presentan tienen el perfil de amores imposibles.

El amar platónico se asocia a cierta frustración que va unida al mismo tiempo a la esperanza de encontrar a la persona amada en la realidad a través de la fantasía y en la imaginación. 

El amor platónico es un amor donde la ilusión mantiene siempre encendido el deseo y la esperanza;  son amores que no son impulsivos, en el que hay mucha intimidad en el sentido que la persona lo vive dentro de sí mismo, sin matices ni negociación.

De estas experiencias se aprende mucho, damos oportunidad a otras posibilidades de la vida. Abrimos espacio para que lleguen experiencias más positivas y más felicidad que la de un Simplemente amigo.