El periodista Alberto Ramírez, fallecido de un infarto cardíaco la madrugada del  sábado,  fue sepultado ayer en el Cementerio Cristo Redentor en medio de sentidas expresiones de dolor de   familiares y  amigos.

  El periodista Manuel Quiroz, director del diario El Caribe, quien  pronunció el panegírico,  resaltó las prendas morales y profesionales del comunicador.

Su velatorio en la Funeraria Blandino y el sepelio  fueron encabezados  por su esposa Miriam Polanco de Ramírez y  sus hijos Estalin,  Jaquelin, Eva Licelot y Jennifer Paola Ramírez.

 Jaqueline, Eva y Estalin, residen en Puerto Rico desde hace más de 15 años, mientras que Jennifer hace un post-grado en España.

 La larga hilera de vehículos hacia la morada final de Ramírez fue prácticamente interminable.

Quiroz opinó que nadie creía la noticia preliminar de que Ramírez había fallecido, porque  hacía apenas cuatro horas que había ofrecido a muchos de sus amigos cercanos una parrillada-tertulia en su residencia de Arroyo Hondo III.

“ El impacto de su partida súbita ha sido desvastador, porque Alberto estaba hecho de una pasta muy especial, un material casi en extinción”, dijo Quiroz.

Había publicado un libro hace poco.