Después de las devastadoras lluvias que inundaron decenas de provincias en todo el país, ocasionando serios daños a la producción agrícola, se necesita un ministro de Agricultura al estilo Hipólito Mejía, quien tras los desastres dejados por el huracán David y la tormenta Federico, en 1979, se arremangó la camisa y se calzó una bota, dispuesto a amasar lodo, internándose en los predios agrícolas en búsqueda de poner a producir la tierra.
En estos días, un comentarista de televisión criticaba acremente al ministro de Agricultura, Ángel Estévez, destacando, a su juicio, “que no ha dado pie con bola” al frente de ese importante ministerio.
Ante las grandes inundaciones de las últimas semanas, el Ministerio de Agricultura se ha empecinado en manifestar que los daños ocasionados “no fueron cuantiosos”.
Sin embargo, productores de la línea noroeste, del bajo Yuna y otras zonas del país, vienen clamando al Gobierno que vaya en sus auxilios frente a las grandes pérdidas, para poder recuperarse y poder embarcarse en poner a producir sus predios.
El ministro de Agricultura ha demostrado incapacidad para enfrentar los grandes retos que tiene por delante la cartera a su cargo.
Por eso es, que mucha gente se ha atrevido proponer al senador por la provincia Duarte (San Francisco de Macorís), Amílcar Romero, quien podría pasar a encabezar el importante sector agropecuario del Gobierno, en estos momentos que amerita de una persona que se adentre al campo y no se quede sentado en su escritorio en un frío despacho en la capital de la República.
El presidente Danilo Medina Sánchez tiene la palabra en ese sentido.
Esperemos a ver si el mandatario pone el oído en los corazones de la gente.