Hoy se cumple medio siglo del vil asesinato del líder revolucionario y dirigente estudiantil Amín Abel Hasbún, quien fue ultimado de un tiro en la nuca por policías, mientras descendía las escaleras de su hogar el 24 de septiembre del 1970.
El alto sentimiento patriótico y de justicia que mostró Amín Abel mientras cursaba la carrera de ingeniería en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), lo constituyó en uno de los dirigentes estudiantiles más destacados de la época post- trujillista.
Amín Abel formó parte de los combates de la Revolución Constitucionalista del 24 de Abril de 1965, que repudiaba la invasión de los Estados unidos en el país. También fue presidente en tres ocasiones de la Federación de Estudiantes dominicanos en la UASD. Además, formó el Movimiento Frente Estudiantil Flavio Suero en 1969.
Sin embargo, la lucha que marcó los días del dirigente fue la que alzó contra el gobierno del expresidente Joaquín Balaguer, por considerar que violentaba los Derechos Humanos y las libertades públicas.
En su segundo mandato, Balaguer empezó a desarticular los grupos populares que participaron en la guerra de abril y se oponían a su Gobierno, por tanto, apresó a varios dirigentes estudiantiles, entre ellos a Maximiliano Gómez, quien era líder del Movimiento Popular Dominicano.
Amín Abel fue señalado como uno de los autores del secuestro del Coronel Donald J. Crowley, que sirvió de canje para liberar a Gómez y a un grupo de presos políticos del gobierno de Balaguer.
Crowley fue liberado cuando el Gobierno dispuso la libertad de Gómez y sus compañeros. Sin embargo, desde ese día Amín fue perseguido por la Policía, por lo que tuvo que vivir en la clandestinidad hasta la noche de su muerte.
Luis Hernández López Acosta fue el agente policial que lo asesinó en su residencia, en la que también estaban su esposa embarazada y su hijo de dos años de edad.
Por el hecho López Acosta fue condenado solo a cinco años de prisión, los cuales no cumplió en su totalidad.
“No hay explicación para que las autoridades competentes no hayan aplicado las leyes y hecho justicia ante este crimen, que a pesar de haber pasado 50 años no prescribe. Ese vil asesinato ha quedado en la impunidad. ¿Hasta cuándo?”, reclamó el Movimiento Izquierda Unida (MIU) a través de una comunicación.
El MIU explicó que Amín, debido a que le segaron la vida, no pudo terminar su libro “América Latina Busca su Camino”.
Y destacó que en el capítulo que dejó inconcluso, el dirigente analizaba las experiencias de la revolución de abril y la intervención norteamericana.
El MIU resaltó que en su libro, Amín Abel insistió en la necesidad de aprender de las experiencias internacionales, pero siempre con miras a “construir nuestro propio camino.”