PUERTO PRINCIPE, (AP).- Miles de refugiados han sido expulsados de los precarios campamentos erigidos en Haití tras el devastador terremoto del 2010, denunció hoy Amnistía Internacional.

Los desposeídos han sido sacados tanto de propiedades públicas como privadas, dijo Amnistía en un informe, por lo que han quedado «aun más marginados y empobrecidos».

El gobierno del presidente Michel Martelly ha sido negligente al no detener las expulsiones, que son realizadas por policías, alcaldes u otros funcionarios, dice el reporte.

Agrega que las expulsiones «son toleradas por entes estatales y llevadas a cabo con total impunidad por agentes estatales o privados». El grupo de derechos humanos asegura que ha escrito misivas al presidente Martelly, al primer ministro y a los alcaldes de dos ciudades para pedirles una audiencia, pero los pedidos fueron negados o ignorados.

El primer ministro de Haití Laurent Lamothe dijo a la AP el lunes que «algunos» terratenientes han realizado expulsiones forzosas pero que el gobierno no respalda esas acciones. «No creemos en las expulsiones forzadas», dijo Lamothe por teléfono. «Hay algunos terratenientes que lo hacen, pero el gobierno no lo hace ni lo permite».

Lamothe recordó que el gobierno tiene un programa para dar subsidios a refugiados con el propósito de que encuentren vivienda. El gobierno, señaló, «ha reubicado a 1,2 millones de personas y les ha dejado vivir de manera respetuosa. Nuestra política es la de respetar sus vidas y de reubicarlos de manera pacífica».

Los campamentos de refugiados se convirtieron en un ícono de la muerte y destrucción que asoló a Haití tras el sismo de enero del 2010, que derrumbó decenas de edificios y mató a más de 300.000 personas.

La cantidad de gente que todavía vive en campamentos se ha convertido en un índice del éxito o fracaso de la política de vivienda del gobierno, aunque no queda claro en qué condiciones viven los que abandonan esas instalaciones.