Amnistía pide a Cuba liberar de inmediato a 71 presos de conciencia

Amnistía pide a Cuba liberar de inmediato a 71 presos de conciencia

 Madrid.- Amnistía Internacional (AI) pidió hoy la liberación «incondicional e inmediata» de 71 presos de conciencia en Cuba y expresó su preocupación por las denuncias de malos tratos contra estos prisioneros en las cárceles del régimen castrista.

En una rueda de prensa en Madrid, el investigador de AI para Cuba, Gerardo Ducos, solicitó durante la presentación de un informe que actualiza su visión sobre los Derechos Humanos en la isla, «la liberación inmediata e incondicional de todos los prisioneros de conciencia».

La organización presentó el informe coincidiendo con el segundo aniversario de ola de represión del Gobierno de Fidel Castro contra la disidencia, en la que 75 opositores fueron sometidos a juicios sumarios y condenados a penas de hasta 28 años de cárcel.

Esa oleada represiva -«la más dura desde los años siguientes a la revolución en 1959»-, y la ejecución un año antes de tres hombres que secuestraron una lancha para huir del país, marcaron «un paso atrás» en el respeto a derechos humanos en Cuba, denunció Amnistía.

De los 75 detenidos en marzo de 2003, según los datos de AI, 61 siguen en prisión y los otros 14 fueron excarcelados bajo la figura jurídica de «licencia extra-penal», lo que les obliga a cumplir las penas en casa y a no ejercer actividad política alguna.

Ducos subrayó que, dos años después de la ola represiva, AI está especialmente preocupada por los numerosos testimonios de que los presos sufren malos tratos físicos y psicológicos.

Los presos de conciencia «han recibido palizas de los guardias de las prisiones de forma totalmente arbitraria», denunció el investigador de AI, quien instó a La Habana a abrir una investigación «independiente e imparcial» sobre estas denuncias.

A las agresiones se suman los duros regímenes de encarcelamiento, en los que es habitual el uso de las llamadas «celdas tapiadas».

En esas celdas de castigo, de una superficie de dos metros de largo y uno de ancho, los presos «pasan entre dos y cuatro meses, sin agua potable, ni posibilidad de hacer ejercicio, en un calor sofocante y en algunos casos desprovistos de ropa», explicó Ducos.

Otra preocupación de Amnistía Internacional es la dureza del régimen de visitas para las familias, que en algunos casos tienen que trasladarse más de 1.000 kilómetros para ver a sus parientes.

Ducos recordó lo difícil que es viajar en Cuba, por lo que pidió acercar a los prisioneros a sus lugares de residencia, y lamentó que las autoridades penitenciarias no respeten los horarios de visita y no faciliten las comunicaciones de los presos con el exterior.

Por último, el investigador de AI mostró su inquietud por la falta de atención médica a los encarcelados, «atención que ha sido negada en muchos casos, al igual que el acceso a medicamentos».

Este problema guarda relación con el embargo comercial impuesto por Estados Unidos a la isla, apostilló Ducos, quien reiteró que «Amnistía pide que se levante el embargo inmediatamente».

Preguntado si AI acudirá al Congreso que la disidencia cubana quiere organizar el próximo mes de mayo en la isla, recordó que la suya «es una organización apolítica» y que, además, no ha recibido permiso para visitar Cuba desde 1988.

Ducos expresó su pesimismo sobre la posibilidad de que el régimen castrista suavice las penas contra los disidentes o decrete una amnistía, porque es algo que no ha ocurrido en los últimos 45 años.

«La única vía de rebajar las penas sería revisar el caso y no lo veo posible. La única posibilidad sería la amnistía que reclaman las familias», señaló el experto de AI sobre Cuba.

En este contexto, la organización considera importante la presión y la influencia política de los países europeos, una vez que la Unión Europea (UE) y Cuba ha decidido revisar sus relaciones.

La responsable de campañas de la sección española de Amnistía, Giulia Tamayo, no quiso valorar la reciente visita a Madrid del canciller cubano, Felipe Pérez Roque, que se reunió con el rey Juan Carlos, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos.

 

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