José María Pantaleón Bujosa Mieses (Chino) y Emna Estela Méndez Núñez fueron otros de los novios casados durante la Guerra. La ceremonia se realizó el 14 de agosto de 1965 en el Juzgado de Paz de Ciudad Nueva, pero la madre de la desposada era una devota católica que pidió a su hija el matrimonio por la iglesia y hubo otra celebración, el cinco de septiembre, con invitados armados que disparaban de júbilo.
En la primera actuó el oficial civil José Agustín Reyes Durán y fueron testigos Héctor Dotel Matos y Benjamín Bujosa Ferrera. Para las nupcias eclesiásticas la pareja desfiló por la Catedral Primada donde recibió la bendición del padre Luis Ramón Checo. La madrina fue Mercedes Bujosa Mieses, hermana del revolucionario galán.
Rafael (Fafa) Taveras, comandante máximo del 14 de Junio, obtuvo autorización de los propietarios de Almacenes Corripio para retirar botellas de champán que fue el único brindis del enlace, festejado en la casa paterna del recién casado.
La luna de miel que pasarían en la vivienda facilitada por una tía de Bujosa, en la calle Polvorín, fue interrumpida por Moisés Blanco Genao que tocaba a la puerta anunciando al enamorado suspender ese encuentro porque “los hondureños estaban atacando y tenían que defender la zona”.
Chino y Emna reviven emocionados esos días de tanto amor pero de escasa paz vividos con momentos angustiosos y separaciones traumáticas que han culminado con una feliz unión de 50 años y 55 de haberse conocido.
Los recuerdos son tan numerosos como las cartas que se escribieron y conservan pues, antes del estallido, Emna fue enviada a Estados Unidos donde terminó la secundaria. Depositaban dos diarias en el buzón para que no se interrumpiera la comunicación pero un primo enamorado de la muchacha interceptó la correspondencia que llegaba desde aquí y la relación se rompió hasta que Emna vio por televisión imágenes de la revuelta.
“Alcancé a ver al Chino en medio de los tiroteos y dije: ¡lo mataron!, cuenta. Pero fue una distorsión, traicionada por el fuego de la pasión que nunca se apagó a pesar de la distancia y el bloqueo del familiar de Emna. El 29 de abril tomó un vuelo, llegó donde una tía en el ensanche Ozama, dejó el equipaje y salió a pie para la zona en armas. Ahí se inició la historia de su desposorio un día “en que cualquier tiro se zafaba”.
“Los teoremas se resuelven”. Emna y Chino se conocieron en los años de lucha contra los remanentes del trujillato en el liceo nocturno Eugenio María de Hostos donde él fue aclamado como líder de la Asociación Nacional de Estudiantes Secundarios (ANES) y de la Unión de Estudiantes Revolucionarios (UER) por haberse atrevido a derribar un busto de Trujillo. Coincidían en veladas culturales en las que participaban Ramón Colombo declamando poesía negroide; Nelson Muñoz y Jorge Puello Soriano que cantaban; Emna que recitaba, Diógenes Céspedes y José Alcántara Almánzar coordinadores, y Chino presentador. “Ahí hicimos química”, confiesan.
Chino era tímido y confesó a José Gómez Pérez que Emna le gustaba pero el amigo, en cambio, enamoró a la pretendida. “Yo entonces decidí abordarla”. Integrados en la UER formalizaron noviazgo el día que Chino le declaró que ella era como el teorema de Pitágoras. “Pero los teoremas se resuelven”, dijo Emna, y ahí unieron sus manos lo que se repetía a diario bajando la cuesta de la Emiliano Tejera. La respuesta de Emna significaba que había que hablar con su padre.
Él la complació pero encontró oposición pues este tenía formación militar y el candidato a su hija ya era de la Juventud del 1J4 (Jecaju) en la que militaban además Amaury Germán, Henry Segarra, Luis Simó, Leonte Brea, Diógenes Céspedes, Elsa Expósito, César Mella, Sagrada Bujosa, Cosette Erickson y otros que se manifestaban contra el triunvirato. Le ayudó el hecho de que trabajaba en la Corporación Dominicana de Electricidad y le permitieron visitarla tres días a la semana.
Chino perdió el empleo y Emna fue enviada a USA. Él le pidió que se casaran pero ella decidió marcharse en 1963.
En el alzamiento de Manolo Tavárez él, Emma Tavárez Justo, Amín Abel, Amaury Germán, Alexis Licairac y Pin Montás pasaron a ser miembros del Comité Central Provisional del 14 de Junio y a formar parte del frente urbano de la guerrilla. Chino llegó a distribuir boletines que redactaba Juan B. Mejía. La lucha revolucionaria le ayudaba a disipar la nostalgia.
En la Revolución. El papá y los hermanos de Emna, William y Marino, que eran del PRD, se integraron a la refriega. Caamaño designó al padre jefe de la zona de los bancos, telecomunicaciones y el correo en el comando Luperón, de la Isabel la Católica.
“Nos juntamos en la Guerra y se hizo fuerte la empatía entre ellos y yo. Al encontrarnos en la misma trinchera él dio un cambio radical, me tomó confianza y cariño y le inspiré respeto”, significa Chino.
Bujosa Mieses estuvo en todas las acciones de la Revolución desde que vio a Diómedes Mercedes arengando a la población frente a un megáfono, armado de fusil. Estuvo entre los formadores del comando de la UER, participó en el asalto a la fortaleza Ozama, fue enviado a una unidad que abastecía de municiones y se destacó, además, en los comandos de Aduanas, la Comandancia del Puerto y del “Coli Postal” y fue instructor de la Academia 24 de Abril.
Emna lo buscó y lo encontró en una reunión en el cine Lido y al verla, “aquello fue apoteósico”. Pero ella no miró el anillo y aunque él le afirmó haberlo dado a su madre para que si lo mataban se lo entregara, le dijo que él tenía otra novia.
-¿Por qué no me lo dijiste antes? ¿Cuál es esa novia?
-La revolución dominicana, respondió él. “Hubo un respiro y ella me contestó: ‘Si esa es, no hay problema”. En las treguas él la visitaba en el comando Luperón y juntos recorrían la zona, ella con una pistola de nueve milímetros y él con un fusil Fal que le había entregado Juan Miguel Román.
Chino nació el 27 de julio de 1942, hijo de Benjamín Bujosa Ferrera y Marina Mieses. Además de ciencias comerciales estudió y ejerce periodismo. Emna nació el 27 de febrero de 1947, hija de Manuel María Méndez Ureña y Cándida Estela Núñez Espinal. Cursó administración de empresas, contabilidad y economía. Son los padres de Alexander Aurelio, Amaury y Emna Nayibe.
Milvio Pérez tomó las fotos de sus nupcias. “Moisés Blanco, Liqui, Dotel Matos y otros que fueron armados disparaban tiros desde el balcón”.
Muchas parejas formalizaron sus noviazgos porque pensaban que los matarían. No fue el caso de Chino y Emna. “Lo de nosotros ya era un proyecto”.