Ampliar las gestiones del Estado en defensa del medio ambiente

Ampliar las gestiones del Estado en defensa del medio ambiente

La nación dominicana enfrenta el reto ineludible que proviene de la creciente presión sobre los recursos naturales en que se asienta a resultas del crecimiento de la población y de una diversidad de actividades de extracción de riquezas, legales e ilegales, para cubrir necesidades legítimas pero también para saciar codicias.

Preservarlos es una causa de ilimitado compromiso tratándose de unos 48 mil kilómetros cuadrados que por falta de elasticidad jamás superarán su tamaño ni dejarán de ser la única opción para habitar respetuosamente y ser dejados como herencia a nuevas y más numerosas generaciones.

Aun cuando el Ministerio de Medio Ambiente tiene a su cargo, con principalía y liderazgo, la misión de salvar de daños irreparables estos bienes terrenales, la agenda conservacionista debe repartirse en la diversidad de organismos públicos importantes, civiles y militares.

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El Gobierno y los cabildos construyen ad infinitum y por doquier hollan suelos, siembran, alteran topografías, invaden periferias con escombros y crean vertederos que las comunidades pasan a odiar; y en una ocasión reciente con varillas y cemento de origen oficial se procedió a desconocer los límites de un parque nacional golpeándolo sin consideración. ¡Oh profana ignorancia!

El tren gubernamental debe ser guiado en su accionar por una serie de lineamientos favorables a la naturaleza y de respeto a directrices y programas del ministerio correspondiente.

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