POR ALEXIS MÉNDEZ
Debe haber pasado un año y unos tantos meses de aquel artículo en el que escribí sobre una posible reunión entre el “Pablito de Yolanda” y el querido “Andy de Trastalleres”. Reunión musical en la que pretendían dar a luz un disco al que mi imaginación nombró “Convergencia”.

Esa fue una espera, que por corta que la haya certificado el calendario, era la más larga que un amante de la música haya experimentado. Pero al fin llegó. Como maná caído del cielo (así exprese aquella vez), Pablo Milanes y Andy Montañez ya tienen un disco donde cantan juntos.

En aquella ocasión hablé de las cualidades que cada uno tenía. Hoy debo ampliar diciendo que Pablo es tan sonero como Andy, y que Andy es tan cantor como Pablo; solo que el destino le asignó senderos diferentes. No obstante, de vez en cuando, cada uno hurga en el rol del otro, y hasta en otros estilos.

El álbum se titula “AM/PM: Líneas paralelas”. AM de Andy Montañez, PM de Pablo Milanes, y lo otro, porque como líneas paralelas estas voces del Caribe han trillado un canto que ha delineado las mejores intenciones del arte.

Mi tacto vibró al tocar el empaque. Mi vista lloró alegría al ver aquella portada que divulga un verde palmera. El olor a nuevo que emanaba el plástico empacador, embriagó  a mi olfato. Mis oídos querían morir de placer cuando Andy, en primera voz y Pablo, en segunda, iniciaban el programa de canciones con aquella pregunta que desde 1922 Miguel Matamoros le gritó a mamá: ¿De donde son los cantantes? Mis cinco sentidos entraron en acción simultánea, porque hasta el gustó se acomodó al vino que descorché y bebí junto a la melodía.

Lo que sigue en la lista es “Juramento”, un tema en que Matamoros cohesionó una vez más el bolero y el son. También están “Canción de los amantes” de Antonio Cabán Vale (El Topo), “Es nuestra canción” de Cesar Portillo de la Luz, Santa Cecilia de Manuel Corona, “Guitarra Mía” de Andrés Montañez (El padre de Andy), “La Felicidad” de Pablo, “Allí estarás” de Dagoberto González, “Allá en la altura” de Juan Morales, y “Líneas Paralelas”, el tema que da el título y en el que Gino Meléndez intentó plasmar la amistad de Pablo y Andy:

Amigo, mi hermano, te digo / ¡Que largo camino!/  en una canción se unió. / Ay Amigo, /hermano querido. / Te sentí conmigo / mientras contigo iba yo. / Como líneas paralelas/ ha sido nuestro caminar, / buscando aliviar dolor y penas. / Llevando a tanta gente buena/ en el idioma universal, / vías para amar, porque amor queda.

Todos los autores son puertorriqueños y cubanos, y como para completar la trilogía de las antillas mayores decidieron grabar parte de la producción en República Dominicana y usar músicos dominicanos, como también de Cuba y Borinquen.

Y hablando de músicos, otra emoción surgió en mí, porque como si fuese para mí, Pablito y Montañez gritaron en el último tema: Y otra línea que se junta es Papo Lucca. Entonces el “Chiquito” Ponceño ejecutó uno de sus acostumbrados y atinados “solos” de Piano salsero con pretensiones jazzísticas.

Todo converge en este disco que no se llamó “Convergencia”, como yo imaginé. “Líneas paralelas” es una obra que resume el sentir musical caribeño entre bolero, son, canción y salsa.