América Latina deberá justificar liderazgo en 2007

<p>América Latina deberá justificar liderazgo en 2007</p>

LIMA  (AFP) – Tras un 2006 con 11 elecciones presidenciales que dejaron ocho nuevos presidentes y ratificaron a tres más, América Latina tendrá el desafío de adaptarse a los cambios políticos en Estados Unidos y los gobiernos de izquierda deberán justificar su liderazgo, estimaron analistas.

El calendario electoral cambió totalmente la fisonomía de la región con un acentuamiento de las posiciones de una izquierda democrática y progresista, con las excepciones de Colombia y México que se inclinaron por opciones de derecha. Pero esta izquierda democrática, que se ha consolidado en los últimos dos años, tendrá que demostrar la validez de sus tesis.

“El próximo año es de definición pues estos gobiernos de izquierda deben definir el modelo económico a seguir. Ellos han propuesto modelos alternativos (al neoliberalismo), pero estos modelos alternativos no aparecen”, dice a la AFP el analista peruano Aldo Panfichi. Señala que en 2007 “la retórica de izquierda va a tener que entrar en tensión con la lógica del capital internacional. O se diseñan políticas alternativas o va a comenzar el desgaste de estos gobiernos”, agrega.

Para Panfichi otro desafío será ver “cómo América Latina se vincula con los cambios que han ocurrido y ocurrirán tanto en el Legislativo como en el Ejecutivo en Estados Unidos”.

“La política de Estados Unidos va a cambiar y eso va a plantear un serio desafío para América Latina. Por ejemplo la apuesta por el TLC, que se jugaron varios gobiernos latinoamericanos, ahora va tener que replantearse”, agrega.

Este fue un año en que el presidente venezolano, Hugo Chávez, se convirtió en un protagonista regional en su intento de exportar su modelo político y en que modificó los esquemas de integración al salir de la Comunidad Andina para pasarse al Mercosur que integran Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay.

Pero los politólogos coinciden en que la influencia del venezolano irá mermando aunque seguirá siendo uno de los líderes de una integración que va consolidándose de una manera rápida.

“Chávez tiene una posición que no ha logrado transmitirla a otros gobiernos, como ha sido su deseo”, dice a la AFP el analista peruano, Ernesto Velit, que señala que “ese es un modelo que sólo puede existir en Venezuela por las características que tiene”.

También nota que ha decrecido la “tendencia de Chávez a tratar de ganar un liderazgo en la región sudamericana”.

La salida de Venezuela del grupo andino y el ingreso casi inmediato de Chile como miembro asociado realineó los grupos regionales en una especie de eje Atlántico y otro eje Pacífico.

En este último, los presidentes Michelle Bachelet, de Chile, y Alan García, del Perú, han coincidido en la necesidad de crear un arco que tome a los países sudamericanos con costa Pacífica, a los centroamericanos y a México, con el fin de impulsar un comercio más agresivo hacia el continente asiático.

Para Velit, si bien Perú y Chile hablan de un bloque pacífico “eso no significa que se esté tratando de aislar al resto. Son realidades geográficas que facilitan la creación de esos ejes, pero detrás existe la voluntad de una unión sudamericana”. Los presidentes de la región “están convencidos de que un bloque, hoy día sudamericano y mañana latinoamericano, pueda hacer que el hemisferio tenga el peso geopolítico que debe tener”, dice Velit.

Velit ve con optimismo el panorama de América Latina, con un “crecimiento que se calcula en 5%, con precios de las materias primas que seguirán altos y con modelos políticos consolidados”.

Para Panfichi, “en un momento de ciclo económico positivo en la región, el conflicto social se acrecienta. No es un conflicto antisistémico sino en busca de mejores condiciones”.

El 2007 “será un año de conflictos pro-redistribución”, dice Panfichi, quien explica que “existe la percepción de que hay más dinero y que esta riqueza no llega abajo, y el conflicto se convierte en mecanismo de redistribución”.

Panfichi señala que en lo político, Ecuador y Bolivia son incógnitas.

El primero porque considera que el nuevo presidente, Rafael Correa, puede adolecer de cuadros políticos preparados para su gobierno, y en Bolivia por el conflicto que opone al presidente Evo Morales con cuatro departamentos del país, que demandan autonomía, e inclusive han llegado a demandar autonomía.

Un país tan estratégico como Bolivia, abastecedor del gas vital para Brasil y Argentina, abre un punto de interrogación en medio del panorama relativamente tranquilo de su entorno.

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