Madrid. EFE. La escritora española Ana María Matute sigue siendo una niña tocada por las hadas en un cuerpo de mujer con cabellos blancos. Una maga, como a ella le gusta decir, que -a sus 83 años- acaba de recibir un homenaje en la Universidad de Verano de El Escorial (Madrid) y que se entristece al hablar de literatura infantil.
La literatura infantil hoy en día es una pena, explica a Efe la autora de Olvidado Rey Gudú y creadora de un mundo narrativo lleno de bosques, magas, trasgos y duendes, y con un deseo común con muchos de sus personajes- buscar su lugar en el mundo.
Lo políticamente correcto lo ha fastidiado todo. No le puedes leer a un niño un clásico, que son fabulosos, porque hoy hay que decirles amén a todo y que al final Caperucita se hace amiga del lobo, dice la escritora.
Y esto no es así -añade- porque en la vida se van a encontrar con unos lobos tremendos. Al niño hay que decirle que hay cosas buenas, malas y tremendas y no darles una idea paradisiaca del mundo».
Para Ana María Matute, como para Rilke, la infancia es todo, y nos marca a todos de una manera tremenda».
Aunque no lo pretendan, los cuentos hoy tienen una moraleja de la peor especie y eso es malo, pero lo primero que tienen que hacer los niños es ver a sus padres leer, añade.