Ana, una criolla que terminará en una fosa común

Ana, una criolla que terminará en una fosa común

Ana Pie tenía 40 años. Hace ocho años, en el 2006, decidió irse a España para trabajar en el sector hotelero y se estableció en el municipio de Burela, Galicia, donde vivió hasta que el 12 de junio una enfermedad respiratoria acabó con su vida.

Ana era dominicana. Desde el día de su muerte otros dominicanos que viven allá se propusieron repatriarla e iban a hacer una colecta para ello. Lo descartaron, sin embargo, cuando un vicecónsul dominicano en Galicia les dijo que la embajada se ocuparía del caso.

Hoy, 28 días después de su muerte, Ana sigue en la morgue del hospital sin que nadie reclame su cadáver. Las hijas, que viven en República Dominicana, no tienen los seis mil euros que cuesta traerlo.

¿Lo peor? Mientras el consulado y la embajada dominicana en España callan, el cuerpo de Ana se está deteriorando, por lo que es muy probable que tenga que ser enterrado en Galicia. De ello se encargaría el Concello (municipio) de Viveiro porque ella estaba empadronada allí.

Lo triste de todo es que, si eso sucede, Ana terminará siendo enterrada en una fosa común, al amparo del olvido y convertida en una cifra.

Casos como el de Ana nos obligan a pensar en lo que sucede con el servicio exterior dominicano. ¿Cómo se entiende que, mientras hay tanta gente cobrando miles de euros y/o dólares sin ir a sus lugares de misión, no aparezca el dinero para traer el cuerpo de Ana? ¿Por qué nuestro gran embajador no se encarga de este asunto en lugar de ocuparse de los de aquí? ¿Sabrá la Cancillería lo que está pasando o vive en el limbo de siempre? Alguien que haga algo, por favor.

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