En general, fue un discurso muy amplio, con datos contundentes, obras de construcción realizadas, temas ausentes y algunas cifras cuestionables.
Resultó conmovedor que iniciara con fervor patriótico, al decir que «el mejor homenaje a nuestro pasado es seguir construyendo nuestro futuro», entre otras ideas que revelan un compromiso con la historia. Esto facilitó que conectara con profundos sentimientos patrióticos.
Sin embargo, desaprovechó la oportunidad de destacar algunos datos de la epopeya histórica del 27 de febrero para conocimiento general, mencionando, por ejemplo, mujeres independentistas y febreristas no tan conocidos.
El presidente exhibió un dominio magistral del escenario y proyectó una voz con contundencia. El lenguaje corporal fue mucho mejor también, haciendo de este la mejor pieza oratoria de sus cuatro discursos de rendición de cuentas.
Abinader planteó que el país es ya la séptima economía de la región, superando a Ecuador; y que hay una baja inflación y crecimiento económico, en comparación con otros países latinoamericanos. Si bien es cierto que esto representa un gran logro comprobable, no menos cierto es que esto no se traduce en bienestar para las mayorías y en desarrollo integral, porque continúa la desigualdad. La gente requiere mejores salarios.
El dato de que el país tiene una canasta básica familiar asequible no corresponde con la información oficial ofrecida por el Banco Central.
Por otro lado, aunque el presidente destacó que tenemos la segunda tasa más baja de homicidios en la región, según datos de Insight Crime, y ya cumplió su promesa de aumentar a 500 dólares el salario de los agentes policiales; hay muchos desafíos todavía con la seguridad ciudadana, incluyendo que el país no cuenta con una policía garante de los derechos humanos.
A esto se suma que urgen intervenciones sociales puntuales en los sectores vulnerabilizados, donde se ofrezcan sistemáticamente oportunidades educativas, empleos, deportes y cultura, para así disminuir los niveles de violencia.
Entre las luces, hay que incluir la mención del Índice de Chapultepec, el cual señala que, por primera vez, la República Dominicana es el primer país del continente en libertad de expresión y prensa. Este dato representa un avance importante para la democracia del país. No hay democracia donde la pluralidad de la información está censurada.
También son destacables los datos sobre el Ministerio de Agricultura, entidad que logró que el 90% de los alimentos que se consumen en el país sean de producción nacional; y los datos sobre las inversiones en el sur, que ya son hechos, no promesas, que concretarán la salida de esa región de la pobreza. Ambos logros provocaron aplausos y ovaciones. La visión de descentralizar y apoyar la producción es correcta porque contribuye al desarrollo nacional.
Respecto a la educación, aunque hay muchos desafíos para mejorar la calidad educativa, se resaltó el nuevo programa de transporte escolar (TRAE), que ha contribuido a nivel nacional con la asistencia escolar y la seguridad de los niños, niñas y adolescentes. Es plausible que hoy se cuente con 582 corredores escolares que contribuyen con mejorar el tránsito.
Hizo una mención especial a la inversión en Radio Televisión Dominicana (RTVD), diciendo que es hoy una televisión abierta a contenidos educativos y culturales. Esto significa un gran avance para la televisión pública que años atrás estaba obsoleta y estancada en la politiquería.
La sorpresa del día fue el anuncio de un avión ensamblado en el país, el cual pudo verse en el desfile militar posterior.
Otros temas abordados fueron: avances del turismo, nuevas tuberías de agua y las 278 obras construidas, como carreteras, escuelas y hospitales.
Por otro lado, aunque destacó muchos logros algunos temas ausentes fueron el de la reforma a la seguridad social, el alto costo de los alimentos y los temas culturales. No mencionar la necesaria reforma del sistema de seguridad social demuestra que no hay interés en efectuarla.
Respecto a la violencia contra las mujeres, que cada día enluta a la sociedad dominicana, aunque abogó por una nueva ley integral de protección a las mujeres, no adelantó medidas del gobierno para enfrentar este flagelo.
Finalmente, algo que no debemos dejar de lado y que podemos valorar como muestra de la madurez política de Abinader, es que no se enfocó en sus oponentes, pero les «golpeó» fuerte en puntos débiles y se hizo sentir como un hueso duro de roer, firme en su propósito de retener el poder.
«Tiró» rudo con los “hoyos fiscales», el «desguañangue» económico y las 26 toneladas de drogas más decomisadas en tres años, en comparación con los 16 años de gobiernos anteriores.