La temporada de béisbol invernal dominicano se inicia en apenas dos días y todavía la mayoría del pueblo dominicano ni se ha enterado.
Quizás muchos lo toman como un simple relajo o una broma, pero la realidad es que el trabajo de mercadeo de la Liga Dominicana de Béisbol es muy pobre.
No hay una sola promoción invitando al fanático a asistir a los estadios, ni tampoco resaltando que el torneo comienza.
Pero la pelota tiene una suerte inmensa, como dijo José Miguel Bonetti Du-Breil el domingo pasado en la Semana Deportiva, de Telecentro: la prensa le hace un servicio gratuito a los equipos del béisbol invernal.
Esa falta de promoción y planificación es lo que provoca que hoy en día si un partido no se celebra entre los Tigres del Licey y las Aguilas Cibaeñas, poca gente va al parque.
En el caso del Estadio Quisqueya, hay pocos atractivos colaterales fuera del béisbol y en la época moderna eso no es suficiente.
Por eso, en Grandes Ligas hay decenas de actividades fuera del juego en sí.
Agregue a que este año, por lo menos en un inicio, la pelota arrancará muda, tal y como terminó en el 2008-09 debido a que el impasse con Frantoni Santana y la Sociedad de Autores y Compositores todavía sigue en justicia mientras los segundos reclaman que los equipos paguen el derecho a tocar la música y los primeros se niegan a cumplir con ello.
La pelota dominicana necesita que se haga más para promoverla, porque de lo contrario en un tiempo no muy distante, los parques se verán vacíos y lo que hoy es una gallina de huevos de oro, pronto se convertirá en una de huevos de plomo.