Análisis: Muro fronterizo de Trump se topa con la realidad

Análisis: Muro fronterizo de Trump se topa con la realidad

WASHINGTON — La promesa del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de acelerar la construcción de un «muro físico contiguo» a lo largo de la frontera con México se topa con la realidad de Washington: ¿quién va a pagarlo y cómo?

Nosotros no, dicen los mexicanos.

Los contribuyentes estadounidenses pagarán la factura, comenzando con el dinero existente en la cuenta del Departamento de Seguridad Nacional, que equivaldría a un pequeño pago inicial. Después dependerá del Congreso, controlado por el Partido Republicano, encontrar los miles de millones de dólares más que se podrían necesitar, recortando fondos de otros proyectos nacionales para financiar el muro.

Trump prometió el martes que la «inmediata construcción» comenzará en el muro fronteriza y dijo a ABC News que la planificación comenzará de inmediato. Volvió a afirmar que sería México quien devuelva el dinero a Estados Unidos, aunque no ofreció detalles.

Es cierto en que el Departamento de Seguridad Nacional hay una pequeña cantidad de dinero disponible ahora dedicada a «vallas de seguridad fronterizas, infraestructura y tecnología», unos 100 millones de dólares según una estimación del Congreso. Esto permitiría comenzar los trabajos de inmediato.

Por el momento, gracias al gasto realizado a finales de la década de los 2000, el Congreso proporcionó unos 2.300 millones de dólares para construir 1052 kilómetros (654 millas) de vallas y bloqueos para vehículos. Pero Trump prometió un muro, no solo una valla — y esto no es una idea popular.

«Los hechos no han cambiado. Construir un muro es la forma más cara y menos efectiva de asegurar la frontera», dijo el representante republicano Will Hurd, cuyo distrito de West Texas abarca más de 800 millas de frontera. «Muchas áreas en mi distrito son perfectos ejemplos de donde es innecesario un muro y del impacto negativo que tendría en el medio ambiente, los derechos sobre la propiedad privada y la economía».

Altos cargos del partido como el presidente de la Cámara de Representantes Paul Ryan, republicano por Wisconsin, elogiaron la postura conservadora de Trump.

Miembros republicanos de los comités de asignaciones tienen una mayor tendencia a controlar más los gastos al estar familiarizados con las compensaciones.

«Hay una serie de complicaciones», dijo el expresidente del Comité de Asignaciones de la Cámara, Harold Rogers, republicano por Kentucky, que citó obstáculos como reservas indígenas y parques y bosques nacionales. Y gran parte del resto de los 2092 kilómetros (1.300 millas) es un terreno muy accidentado, con amplios costos de producción y un rendimiento limitado del dólar. «Es caro y es complicado».

Cientos de kilómetros de la frontera son tan accidentados e inhóspitos que no tiene sentido ni intentar construir en ellos.

Y, en Texas, casi la mayoría de las tierras de la frontera son propiedad privada. Cuando el expresidente George W. Bush intentó levantar vallas fronterizas a partir de 2006 enfrentó una férrea oposición de rancheros y granjeros locales, muchos de los cuales llevaron al gobierno a los tribunales por sus planes para usar sus tierras.

En muchas áreas a lo largo del Río Grande, la valla se construye en terreno estadounidense — hasta un kilómetro (milla) hacia el interior — para asegurar que la estructura no interfiera con el cauce del río o se construya sobre terreno sólido. El centro del canal marca la frontera y un tratado de 1970 con México requiere que las estructuras construidas en la zona no pueden interferir con el río.

Un popular campo de golf próximo al límite, en Brownsville, quedó separado del resto de la ciudad por la cerca y se vio obligado a cerrar en 2015.

«Construimos una valla a lo largo de la frontera casi tanto como nos fue posible sin violar leyes tribales, requisitos medioambientales y respetando la propiedad privada y personal de los habitantes», dijo Michelle Mrdeza, que trabajó para el comité de Asignaciones de la Cámara durante el debate de la valla a mediados de la década de los 2000.

En la frontera sur hay instalados aproximadamente 563 kilómetros (350 millas) de vallas para peatones y 482 más (300 millas más) para vehículos, que se levantaron en las zonas más sensibles a los pasos ilegales.

«En la medida en que el problema es una barrera física, ya hemos abordado esa cuestión», dijo el representante David Price, demócrata por Carolina del Norte, que presidió el comité del congreso que financió la valla cuando su partido controlaba la cámara. «Este enfoque, esta fijación con el muro y gastar una cantidad incalculable de miles de millones de mures en un muro es una tontería».

Las estimaciones de costos preparadas hace una década sufrieron ya amplias variaciones. Un análisis del Government Accountability Office de 2009 elevó los costos a 6,5 millones de dólares por kilómetro (milla) para vallas peatonales y 1,8 millones por km para barreras para autos. Una pared real de concreto o ladrillo sería más cara y difícil.

Ryan, en una entrevista concedida el miércoles a MSNBC, dijo que el Congreso trabajará con Trump en la financiación inicial del muro. Preguntado por las estimaciones de que el proyecto podría costar entre 8.000 y 14.000 millones de dólares, Ryan dijo: «Eso es correcto».

Trump ha prometido en repetidas ocasiones que México pagará el muro, aunque ni él ni sus aliados en el Congreso son capaces de articular cómo. El presidente de México, fue claro al afirmar que su país no se hará cargo de la cuenta.

«Lamento y repruebo la decisión de Estados Unidos de continuar la construcción de un muro que lejos de unirnos nos divide. México no cree en los muros. Lo he dicho una y otra vez: México no pagará ningún muro», afirmó Enrique Peña Nieto en un discurso televisado a la nación.

Las agencias estadounidenses ya fueron informadas de que revisen sus presupuestos para poder destinar fondos adicionales para el muro.

«Esos dólares de los contribuyentes se gastarán mejor en invertir (…) en encontrar curas para el cáncer y otras enfermedades, en invertir en hospitales y médicos para cuidar a nuestros veteranos, en ayudar a las comunidades con inversiones en agua limpia, en apoyar a la policía en nuestras comunidades», dijo el senador Pat Leahy, demócrata por Vermont.

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