Analizan el desplome del equipo de RD

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MEXICALI.- La Serie del Caribe del 2009 resultó ser una decepción para el equipo dominicano de los Tigres del Licey, que buscaba revalidar la corona conquistado un año atrás en el Estadio Cibao, de Santiago.

Luego de ganar una accidentada serie final del béisbol invernal dominicano, el Licey llegó a esta ciudad fronteriza con muchas expectativas y con la condición de favoritos, luego de haber jugado un torneo con mucha fiereza y la garra distintiva de los azules.

Pero esa garra desapareció del mapa y el juego alegre, agresivo y ágil que identificó al Licey todo  el año pasó ser triste, tímido y hasta monótono.

“No jugamos la misma pelota que siempre jugamos en el torneo dominicano”, dijo el dirigente José Offerman, tratando de explicar la debacle sufrida por la novena que buscaba su corona 11 en la historia de la Serie del Caribe y la 18 como país.

Jugadores que fueron clave en el éxito del Licey sobre los Gigantes, como el caso de Anderson Hernández y el cubano Amaury Cazaña, desaparecieron del mapa ofensivo en los primeros cuatro compromisos de la Serie del Caribe, en los que se registró una foja de 1-3 y se perdieron dos partidos por apenas una carrera.

 “Si las cosas no se hacen correctas y no se tiene el ánimo de ganar, entonces se pierden los partidos. No se tuvo chispa y hay que preguntarle a cada quién por qué las cosas salieron de esta manera”, agregó el estratega.

Lo cierto es que todo pareció salirle mal a los dominicanos durante los partidos contra Venezuela y México, quienes vencieron sin muchos problemas en sus compromisos a la selección quisqueyana que viajó a esta ciudad.

La mala defensa fue también uno de los puntos más perjudiciales, con partidos de cinco errores como el que se perdió contra México en la tercera jornada.

“Había motivación, el equipo tenía motivación pero las cosas no salieron como esperábamos y cuando uno comienza a perder, las cosas se caen”, agregó.

Juego Tímido. Uno de los jugadores que menos agresivo lució en el plano defensivo fue el receptor Ronny Paulino, quien en repetidas ocasiones falló en bloquear el plato ante jugadas cerradas.

Pero Offerman justificó su colocación como máscara del equipo, y no como designado como se vio muchas veces durante la serie final, al decir que esa fue la posición que Paulino desempeñó todo el tiempo.

“Ronny ha sido el cátcher del equipo, él ha jugado ahí a diario y no veo por qué había que cambiarlo de posición”, sostuvo Offerman.

Paulino, sin embargo, dio la cara por completo en la ofensiva, como demuestra su promedio de .429, con un jonrón y cuatro remolcadas en los primeros cuatro partidos del torneo.

Para los últimos dos compromisos, Offerman esperaba un cambio de dirección con el fin de terminar con un decoroso récord de .500. “Vamos a tratar de ganar lo que nos falta y terminar positivamente esta Serie del Caribe. Eso  esperamos”, sentenció.

La frase

José Offerman

Aquí no hemos logrado  jugar la misma pelota que siempre jugamos en el torneo de béisbol invernal dominicano”.

La cifra

12-0. Anderson Hernández se fue en blanco en los primeros cuatro partidos de la Serie del Caribe.

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