Puerto Plata dejó de ser el principal polo turístico del país. Durante muchos años fue la bandera de la oferta turística dominicana y era, además, uno de los destinos más conocidos, apreciados y buscados en la zona del Caribe.
Sin embargo, la hermosa región que sirvió de puerta de entrada al turismo local ya no es lo que era. Profesionales, empresarios y funcionarios dan su parecer sobre el cambio.
Puerto Plata. Distantes, los puertoplateños observan con nostalgia, melancolía y cierta amargura a los grandes y modernos barcos que navegan lentamente, abriéndose paso en las cristalinas aguas del Atlántico.
Los cruceros turísticos van cargados de alegres y divertidos pasajeros, personas de distintas nacionalidades que se dirigen a otros destinos en el Caribe o cualquier otro lugar del mundo.
Años atrás, cuando esta ciudad del Atlántico era el destino turístico más codiciado del país, los barcos turísticos, no tan modernos como los de ahora, ni con tantos turistas a bordo, atracaban en el puerto de la Bahía.
Los visitantes bajaban a tierra y el dinero circulaba, de mano en mano, de forma tal que todos los sectores involucrados, pequeños comerciantes, hoteleros, taxistas, prostitutas, niños pedigüeños y sindicatos de transporte, obtenían beneficios.
Eran otros tiempos. Puerto Plata disfrutó del esplendor y la bonanza turística. Durante años todo marchó a pedir de boca. Fue una época de gloria.
Lo tenían todo: muchos visitantes, buenos hoteles, excelentes playas, buen clima, un novedoso teleférico, atractivos y encantadores lugares naturales para visitar y disfrutar y, por añadidura, dos ingenios azucareros, Montellano y Amistad, que generaban riquezas y empleos. Pero estas empresas estatales, al igual que Molinos del Norte y La Chocolatera, también sucumbieron. Lo que se observa hoy es un montón de chatarras.
Sin embargo, la etapa dorada del turismo en la ciudad más grande de la costa norte del país tropezó con serios obstáculos que han colocado la actividad turística al borde del abismo.
La ocupación hotelera ha bajado a niveles críticos, alarmantes, en muchos casos más de un 50 por ciento, especialmente en temporada baja. Para tener una idea del problema, en el 2009 llegaron menos de medio millón de turistas a esta zona.
¿Consecuencias? Algunos hoteles cerraron sus puertas porque no resistieron la crisis, hay despidos masivos, definitivos o temporales, de empleados, poco respaldo del Gobierno central al sector; no hay una clasificación sincera de los establecimientos hoteleros que ofrecen servicios a los turistas; sigue la incursión de piratas en el negocio de los tours operadores y persiste el desorden en el plan de ordenamiento territorial
¿Cuáles factores determinaron este avanzado deterioro de la oferta turística que tenía este polo turístico? Después del boom de los años 80, el turismo inició un proceso en picada que amenaza con borrar a Puerto Plata de los destinos turísticos más codiciados, si los sectores involucrados no adoptan medidas urgentes para relanzar esta productiva actividad económica.
Factores negativos. Puerto Plata, como destino turístico, fue prácticamente borrado del mapa. La promoción internacional desapareció.
Ni afiches, ni brochoures, ni catálogos, ni publicidad. Es como si el nicho turístico no existiera.
Crisis en los servicios
Los servicios públicos, particularmente el suministro de energía eléctrica y agua potable, están en crisis. Muchos hoteles se vieron en la necesidad de utilizar plantas eléctricas, a veces hasta 24 horas al día, para mantener operando sus establecimientos.
Todavía en Puerto Plata recuerdan que muchos hoteles llenos de turistas usaban agua transportada por camiones cisternas que se abastecían de contaminados ríos locales. El cuadro trágico es la falta de un relleno sanitario, lo que genera severos problemas ambientales.
El vertedero es uno de los grandes dolores de cabeza de la provincia.
Muchos hoteles mantienen una estructura física obsoleta. Algunos se mantienen con 35 y 40 años prácticamente intactos, sin remozar su planta física.
Algunos hoteleros se embriagaron con los rápidos beneficios que generó este movimiento económico y se olvidaron de reinvertir parte de estos beneficios en mantenimiento, renovación, modernización, ampliación e infraestructura.
Deterioro calles y Malecón. Ese problema ha sido superado, pero generó muchos dolores de cabeza.
Las autoridades del Ayuntamiento han mejorado notablemente el aspecto urbano, aunque todavía persisten inconvenientes.
Uno de ellos es la masiva circulación de motociclistas en la vía pública. Sólo en el casco urbano de Puerto Plata hay más de 5,000 de estos aparatos.
Asedio a los turistas. Muchos extranjeros que iban a disfrutar a esta zona eran asediados por miembros de sindicatos de taxistas, conductores piratas, niños pedigüeños y prostitutas. Esta situación generó mucho malestar entre los turistas.
Delincuencia
Durante años, Puerto Plata fue blanco de numerosos atracos a extranjeros, a lo largo y ancho del polo turístico que se extiende desde Luperón hasta Bahía Príncipe. En algunas situaciones hubo víctimas fatales. El lado oscuro de este aspecto es la socorrida versión de que Sosúa es el refugio de reconocidos delincuentes internacionales.