LEO BEATO
El pueblo estadounidense acaba de pronunciarse: cuatro años más de lo mismo. «Los pueblos tienen el gobierno que se merecen», dijo Jorge Santayana, politólogo y poeta del siglo pasado. El país està fragmentado como un enorme zombi con el cerebro cementado. “Los pueblos no piensan”, me dijo un compañero a raíz del último fandango

 perredeista (y el nuestro ha estado sin pensar y pagàndolo con creces desde el principio)

Le contesté con otra frase lapidaria: En todas partes se cuecen habas, sobre todo en Norteamérica. Los estados que votaron por John Kerry, ademàs de ser norteños e industrializados (como New York, New Jersey, Illinois, Pennsylvania y Massachussets) son los estados mas desarrollados de los EE.UU. con una población más sofisticada. Los estados que votaron por cuatro años más de lo mismo tienen un común denominador muy significativo: son rurales y rústicos (incluyendo a la Florida). Ahí el fundamentalismo religioso y el ostracismo cultural imperan desde hace varios siglos. El «Dios Bendiga a América» (no al resto del mundo) es la quimera nacional. No olvidemos que fue en muchos de esos estados sureños donde se entronizó la esclavitud como deseo y  voluntad de Dios. Consecuente con esta actitud existe el hecho de que ningún presidente que ha tratado de relegirse en tiempos de guerra (sea ésta lícita o ilícita) ha perdido unas elecciones. El arrebato subliminal al que se somete a los votantes ofusca su capacidad de dicernimiento. Ademàs, como los esclavos de antaño, adolecen de un masoquismo subconsciente que los convierte en víctimas propiciatorias de los mismos intereses a los que le han hipotecado su futuro inmediato. Irremediablemente, sin embargo, tienen tarde o temprano que atenerse a las consecuencias de sus propios actos. Tienen que pagar su jaba. Veamos algunos ejemplos palpables:

Durante los últimos cuatro años la calidad de vida se ha deteriorado hasta el punto que un dólar de entonces equivale a $1.20 de hoy. El desempleo se ha disparado a porcentajes imperantes durante las épocas mas inflaccionarias y el presupuesto nacional se ha cuadruplicado al punto de que cada familia es responsable de US $2,500 diarios si los gastos de la nación se dividen equitativamente. Este tipo de mentalidad ofuscada y cegata no reflexiona, por ejemplo, sobre el proceso deceptivo empleado para justificar la invasión a Irak (donde han muerto cerca de 2,000 de sus hijos, sin contar a los heridos. Tampoco carbura esta mentalidad para entender cómo una reducción de impuestos que devuelve $300 al 80% de las familias y millones al 1% de la población mas acaudalada

termina siendo una gran falacia para el incentivo de la economía nacional. Víctimas del mito de “Nothing better than America” (como los alemanes de los años treinta  “Deutchland uber alles” (Alemania sobre el Mundo) no caen ni siquiera en la cuenta que, al decir “América” estàn incluyendo precisamente a aquellos que desechan (los inmigrantes indocumentados). La xenofobia imperante en la aprobación de la enmienda #200 en Arizona en contra de los inmigrantes ha entronizado una vez más la mentalidad anti-hispana por un margen del 56%. El día 2 de noviembre es el día de los difuntos en Occidente y, precisamente ese día, votan aquí los muertos. Muertos y difuntos tendràn, sin embargo, que atenerse a sus consecuencias.