Bajo la dirección del productor Luis Marcel Ricart, el musical “Anastasia” continúa sus funciones mañana y el domingo 21 de enero en el Teatro Theamus.

Nuestro primer encuentro con este personaje fue a finales de los años 50, cuando vimos la película “Anastasia”, protagonizada por Ingrid Bergman y Yul Bryner. Años después el personaje es recreado en la película de animación -1997-. dirigida por Gary Goldman y Don Bluth. Basado en esta película Terrence Mac Nally, guionista, y Stephen Flaherty, compositor musical, crean el musical de Broadway “Anastasia”. Bajo la dirección del eficiente Luis Marcel Ricart, por primera vez en nuestro país, hemos podido disfrutar de este espectacular musical, en el Teatro Theamus, de BlueMall.

El argumento sin rigor histórico, recrea el asesinato de la familia Romanov, por los bolcheviques, y la leyenda que surge años después, sobre la supuesta sobrevivencia de la duquesa Anastasia Nikoláyeva, hija menor de Nicolás II, último zar de la Rusia Imperial.

Inicia el musical, con escenas retrospectivas, a manera de prólogo Anastasia siendo una niña, se despide de su entrañable abuela, María Fiodorovna, la emperatriz viuda, que se trasladará a vivir en París, pero antes entrega a su nieta de once años, como despedida, una caja de música, la que perderá años después, en el ataque al Palacio, donde es eliminada toda la familia. Una bella melodía interpretada por la coral, emociona, es “La última danza de los Romanov”. Anastasia niña, y su candidez es interpretada por la encantadora Sarah Díaz, y ya adolescente por la joven Anna María Jiménez. Jenny Blanco y Bo Luna, encarnan a los zares de Rusia, ataviados de hermosísimos trajes; el vestuario en su mixtura, diseños de Magdalena Gutiérrez es un punto a destacar.

Dos personajes tragicómicos, Dimitri y Vlad, aparecen, interesados en la recompensa que la abuela promete a quien encuentre a su nieta. Los intérpretes respectivamente, Guillén Martín y Enrique Valdés, logran empatía, ambos poseen un gran potencial histriónico.

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Una joven aparece, -Anya- padece de amnesia, quiere descubrir su pasado; Vlad y Dimitri encuentran en ella un parecido con Anastasia, lo que los motiva, la convencen, e inician los tres una aventura épica, que los lleva a París, en busca de la abuela, pero otro personaje complejo, el soldado Gleb, trata de entorpecer su viaje, es el villano de la historia, excelentemente interpretado por Roger Manzano. Un personaje de la realeza, el conde Leopold, trata de abandonar el país; al ser descubierto es ejecutado; un breve momento con una gran actuación de Augustin Rousseau.

Los efectos digitales, la iluminación, crean la magia en cada momento, son elementos esenciales de este musical, recrean los bellos lugares de San Petersburgo, contemplamos el Palacio de Invierno, morada de los Romanov, el río Neva y la belleza de la catedral de La Sangre Derramada. Otra escena impactante es el viaje en tren y la llegada a París, cuando los viajeros desde el bellísimo puente Alejandro III, divisan la icónica torre Eiffel. Anastasia va recordando su pasado, sus verdaderos orígenes.

Las escenas se suceden, la música lo envuelve todo; el encuentro con la abuela es un momento culminante; la intérprete de Anastasia, Valeria Dávila, ha venido en un crescendo actoral, y en la parte lírica, nos encanta con su melodiosa voz, de agudos timbrados de gran alcance, que se decanta en los soliloquios, como “Al soñar” y consigue emocionar.

El personaje de la abuela emperatriz tiene una intérprete excepcional, que por años hemos conocido como bailarina, actriz, directora y coreógrafa, pero esta vez descubrimos además a una cantante, que logra impactar con su actuación y su bella voz, es Gracielina Olivero, una verdadera artista renacentista. Junto a la abuela destaca otro personaje, la condesa Lily, interpretado por Laura Rivera.

La versatilidad del musical nos lleva a una escena de “Teatro dentro del Teatro”, que nos permite disfrutar, junto a Anastasia y a la abuela, aun no convencida, desde el palco de la Opera Garnier de París, de un exquisito momento de danza, nos deleitamos con un fragmento del “pas de deux” del Lago de los Cisnes, ejecutado por los magníficos bailarines Laura de los Santos del Orbe y Raymundo Antonio Rodríguez.
La espectacular parafernalia escénica de luces, sonidos, pantallas, ciclorama, es cohesionada por el eficiente, Ariel Ramos. La música de Flaherty emociona, las canciones logran la cohesión armónica de los cantantes, excelente trabajo en la dirección vocal, de Ameris Cepeda.

Luego de la rueda de prensa convocada por la emperatriz, a la que no asiste su ya reconocida nieta, comprende que ella ha elegido su propio destino, y como en todo cuento de hadas, el musical tiene un final feliz, por encima de los orígenes, triunfa el amor.

Como gran artesano, Luis Marcel Ricart va uniendo todas las piezas de este musical, logrando la armonía perfecta, la belleza del todo. El musical “Anastasia” regresa, no se lo pierda.