Una empleada de tienda jubilada fue la primera persona vacunada contra el COVID-19 el martes, en el inicio de una campaña global de inmunización con el objetivo de superar una pandemia que ha matado a un millón y medio de personas.
Margaret Keenan, quien cumplirá 91 años la semana entrante, recibió la vacuna a las 6.31 de la mañana de lo que las autoridades de salud pública han bautizado “V-Day”, o día de la vacuna. Fue la primera en la cola del hospital universitario Coventry, una de varias instituciones que manejan la fase inicial de la campaña en el Reino Unido.
Keenan dijo sentirse “muy privilegiada por ser la primera persona vacunada contra el COVID-19”. “Es el mejor regalo de cumpleaños que podría desear, porque significa que finalmente podré pensar en pasar tiempo con mi familia y amigos en el próximo año, tras pasar sola la mayor parte de este año”, dijo.
La segunda vacuna fue para un hombre llamado William Shakespeare, de 81 años y oriundo de Warwickshire, el mismo condado donde nació el gran poeta.
Eso lo convierte en el primer hombre en ser vacunado contra el virus COVID-19.
Puede leer, si le interesa: 492 casos de COVID-19 reportados en las últimas 24 horas
La vacuna superó exhaustivos controles y revisiones independientes, dando inicio a una campaña mundial de inmunización que se espera vaya ganando impulso conforme se vayan aprobando más fármacos.
Las autoridades de salud pública pidieron a la población que fuera paciente, porque en las primeras fases sólo se vacunaría a las personas de más riesgo.
El personal médico contactará con los pacientes para organizar las citas, y la mayoría tendrá que esperar al año que viene, hasta que haya suficientes vacunas para ampliar el programa.
“Creo que es muy probable que en el futuro miremos (al martes) como un punto de inflexión en la batalla contra el coronavirus”, dijo Simon Stevens, director general del Servicio Nacional de Salud inglés.
Las primeras 800.000 dosis serán para personas mayores de 80 años que están hospitalizadas o tienen citas médicas, así como trabajadores de residencias.
Las autoridades de salud pública de todo el mundo miraban al despliegue británico mientras se preparaban para la tarea sin precedentes de vacunar a miles de millones de personas para poner fin a una pandemia que ha matado a más de 1,5 millones de personas.
Aunque Gran Bretaña tiene una infraestructura consolidada para distribuir vacunas, está diseñada para grupos como escolares y mujeres embarazadas, no para toda la población.
Gran Bretaña ha empezado pronto con la tarea después de que los reguladores británicos dieran luz verde el 2 de diciembre para el uso de emergencia de la vacuna producida por la farmacéutica estadounidense Pfizer y la alemana BioNTech.
Gran Bretaña necesita las vacunas con urgencia. El país ha sufrido 61.000 muertes asociadas al COVID-19, la cifra más alta de Europa, y más de 1,7 millones de contagios.
El gobierno aspira a inmunizar a 24 millones de personas, o en torno al 40% de la población, en la primera fase de su programa de vacunación, que da prioridad a los que sufren más riesgo si contraen la enfermedad.
Gran Bretaña ha acordado comprar millones de dosis de siete fabricantes distintos. Gobiernos de todo el mundo han cerrado acuerdos con diferentes proveedores para asegurarse la entrega de productos que logren autorización.